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Los medios hoy…El desastre de Tlahuelilpan

(O LA INCESANTE BÚSQUEDA DE CULPABLES)

 

By: Camila Cienfuegos (Caminante)

camila

No es primera vez que sucede una conflagración en ductos de #PEMEX y no es primera vez que hay muertos, pero sí es la primera vez que la cantidad se vuelve terriblemente elevada (66 fallecidos al momento de redactar estas líneas).

 

Igual que los desastres naturales, ya sean huracanes o temblores, pasamos por diversas etapas que van de la sorpresa-asombro y luego a la indignación para luego llegar a la búsqueda de culpables. Parece ley.

 

¿Pero a quién culpamos de este último accidente en #Tlahuelilpan?

 

¿Al presidente?

Lo cierto es que a López Obrador se le pasó la mano en promesas de campaña para erradicar este mal. Sus actuales políticas de combate al huachicoleo dejen entrever mucha improvisación, sin embargo, está lejos de haber sido quien provocó directamente el accidente. Lamentablemente al presidente le resulta más conveniente insistir en culpar a los anteriores gobiernos “porque no les dieron opciones”. Hasta parece que por momentos se le olvida que ahora él es el presidente.

Debería recordar el mandatario que la mañosa práctica de buscar culpables en los anteriores gobiernos tiene caducidad, esto podría funcionar al principio de cada administración pero ¿y luego? ¿Y ya con dos o tres años en el gobierno seguirá culpando a los demás?

 

¿Al Ejército?

¿Culpamos al Ejército y los federales por su inacción durante la rapiña? No es posible, considerando que los elementos castrenses se ven imposibilitados de intervenir pues les resulta contraproducente (desde el punto de vista que lo quieran ver), especialmente por los derechos humanos. En este país tiene más derechos un criminal que un servidor público.

 

No es primera vez que los soldados se ven rebasados en número, desarmados, sometidos, golpeados, humillados y luego usados como moneda de cambio por parte de la propia población para ser intercambiados por detenidos por huachicol. Ejercer el uso legítimo de la fuerza es impensable pues implica ser procesados y encarcelados; el soldado mexicano está atado de manos irremediablemente. Ellos no son los culpables en este lamentable percance.

 

¿Los gobiernos estatales?

En un asunto meramente del orden federal, los gobiernos estatales y municipales quedan como simples espectadores; acaso su labor se limitaría a servir como apoyo en cuestiones de logística y para tratar, en lo posible, de inhibir el robo mediante rondines. Resulta que de cierta manera, son las policías municipales las que por su cercanía se han visto más bien inmiscuidos en estos crímenes, incluso muchos elementos han sido pescados in fraganti y hasta uniformados. Acaso estos últimos serían solo parte del problema, pero no son los culpables.

 

¿La sociedad, la pobreza?

Me parece que es aquí en donde debemos ser más analíticos: ¿Es la pobreza lo que orilla a comunidades enteras a robar? Lo dudo, pues he visto ya innumerables videos de gente que rapiña camiones siniestrados en las carreteras; descienden de sus vehículos (muchos de modelos reciente) y saquean cuanta cosa haya quedado tirada o todavía a bordo de los tráilers: desde cervezas, comida, hasta reses que son sacrificadas y troceadas en el acto para facilitar su traslado. Lo mismo lo hacen conductores de vehículos que gente de comunidades aledañas a los accidentes. Lo que menos les preocupa es la situación del chofer ¿quién no recuerda aquel accidente de septiembre del 2018 sobre la carretera Puebla-Veracruz? Mientras personas saqueaban un camión que se había quedado siniestrado sobre la rampa de arena por falta de frenos, resultaron embestidos por otro tráiler que también había perdido los frenos. La gente indignada casi lincha al chofer que ninguna culpa tenía.

 

¿Es el pueblo realmente bueno? Como mexicanos hemos demostrado solidaridad ante desastres naturales y apoyo a quien más lo necesita, pero también hemos mostrado lo peor de nuestra naturaleza.

 

Lamentablemente, en el caso de los huachicoleros se ha creado toda una especie de subcultura en torno al saqueo de combustible que no solo normaliza el problema, sino que incluso busca legitimarlo: corridos, santos huachicoleros, oraciones huachicoleras, orgullo huachicolero, todo igual que la subcultura que se ha generado con el narco.

Nuestra realidad es que estamos ante una gran pérdida de valores como sociedad.

 

 

Pero yo tengo mi culpable: su nombre es IMPUNIDAD, y tiene un hermano siamés llamado CRIMEN. Ambos se ha encargado de hacer a las leyes más endebles, a los policías y militares más timoratos y al gobierno más hocicón, y mientras ambos hermanos existan seguirá habiendo saqueos en masa, porque esa masa amorfa sabe que las leyes son blandas, los policías y militares quedan imposibilitados y las autoridades solo seguirán hablando.

 

 

Excelente lunes para todos.

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