STAFF/ Elly Castillo – @ellycastillo
Tiene 41 años de edad, es moreliano de nacimiento, presume que toda su carrera profesional ha sido en el ámbito jurídico, en instancias y dependencias como el Poder Judicial, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la Auditoría Superior del estado, y últimamente en el Gobierno de Michoacán en las áreas de Secretaria de Gobierno y recientemente como titular del departamento de Consejería Jurídica.
Se llama Alejandro Ochoa Carrillo y ha pasado este miércoles de ser un funcionario público de bajo perfil, a ocupar nada menos que uno de los cargos más importantes a nivel local: Será el primer fiscal anticorrupción en la historia de Michoacán, según lo determinaron de forma sorpresiva los diputados de la LXXII Legislatura por mayoría.
Ochoa Carrillo emergió de manera inesperada luego de que se cayó el nombre de Marco Aurelio Nava, ex secretario particular de Silvano Aureoles y actualmente coordinador de Fiscalías Regionales de la Procuraduría Estatal, y que era impulsado por las bancadas de PRD y PAN a propuesta del Ejecutivo estatal.
Al final el PRI no cedió y, en los amarres, el nombre del ahora fiscal anticorrupción emergió como un tercero en discordia para llegar por fin a un acuerdo para dar el nombramiento el cual estaba pendiente desde el año pasado, con 30 votos a favor, 5 abstenciones y un voto para otro candidato de la terna presentada esta tarde en el recinto legislativo.
Entrevistado al termino de su toma de protesta, el fiscal Carrillo dijo comprender la incertidumbre en torno a su nombramiento el cual, aseguró, fue realizado en apegó al procedimiento legal establecido, negando que el cargo se lo deba a algún partido político, refiriendo además que nunca ha estado afiliado a alguno.
Sobre casos particulares de corrupción a nivel estatal, dijo no tener conocimiento de investigaciones o averiguaciones en particular, no obstante enfatizó, que «les debemos mucho a los michoacanos» en materia de rendición de cuentas y sanciones.
A pregunta expresa, el encargado de combatir la corrupción por un lapso de 5 años, periodo para el cual fue electo, negó que vaya a haber en su ejercicio, «apellidos intocables» al referirle expresamente el caso de la rehabilitación del teatro Matamoros, encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas JR.
«El calificativo de ‘intocable’ no va. No caeremos en descuidos intencionales, la ley no hace distingos de apellidos ni de colores» remarcó.
