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Lo que leí esta quincena…

Por Fernando Juárez «El Sargento»

Hombre sabio sin estudios, interesado en la lectura y en lo paranormal, conductor de un Podcast de corte esotérico, sus principales objetivos son lograr entender un poco más con cada día que pasa, ver coronarse campeón al Atlante y llegar a tener una colección de libros que si bien no compita con una biblioteca pueda ocupar un cuarto de 3 por 3, eso sí, todos leídos y comentados. Espacio dedicado a la sugerencia de lecturas de diversos temas, a la especulación de temas paranormales, reflexivos y misteriosos, sitio donde se abordaran cuestiones que bien pueden creerse vánales o irreales pero que todos en algún momento han escuchado, leído o vivido
Hombre sabio sin estudios, interesado en la lectura y en lo paranormal, conductor de un Podcast de corte esotérico, sus principales objetivos son lograr entender un poco más con cada día que pasa, ver coronarse campeón al Atlante y llegar a tener una colección de libros que si bien no compita con una biblioteca pueda ocupar un cuarto de 3 por 3, eso sí, todos leídos y comentados. Espacio dedicado a la sugerencia de lecturas de diversos temas, a la especulación de temas paranormales, reflexivos y misteriosos, sitio donde se abordaran cuestiones que bien pueden creerse vánales o irreales pero que todos en algún momento han escuchado, leído o vivido.

En estas últimas semanas me he puesto a leer unos cuantos libros que me llamaron la atención y que me han cambiado la percepción de la vida y de sus autores.

El primer libro que me avente fue “Mis Confusiones: Memorias Desmemoriadas”, el autor es Eduardo del Rio, que es mejor conocido en los círculos izquierdosos y perredistas como Rius, aquel célebre monero que se ha vuelto la lectura obligado para todo estudiante de filosofía y porro universitario que se respete, nos entrega en un libro lleno de paja sus vivencias y anécdotas, mas repetitivas que infomercial de televisión o discurso político.

Yo me enorgullecía de tener un apartado de libros respetable con la obra de Rius, de hecho gran parte de mi Preparatoria lo leía y memorizaba como si se tratara de la tabla periódica (que por cierto no me la se ya), muchas de sus ideas me valieron bajas notas en determinadas materias que aunque no son aprobadas por la SEP, tenían calificación y bajaban puntos en muchas más. Me uní al ateísmo y la herejía gracias a él y aprendí a idolatrar al Che Guevara y odiar a los Estados Unidos.

Las memorias de Rius son solo un compendio de los rencores de un señor mayor, los desvaríos donde asegura que el descubrió a todos los grandes artistas gráficos mexicanos actuales y  donde reclama que nadie le ha dado las regalías de sus libros, donde se contradice con muchas de las cosas que contaba en obras anteriores y que al final nos deja con la frase inmortal de que a México se lo está llevando el carajo y que no hay nada que hacer.

El otro libro que me hizo vomitar y les recomiendo no lo compren, es más huyan si lo ven es “La Sociedad Juliette”, escrito por la leyenda de la pornografía Sasha Grey.

Es un libro que demuestra que el hecho de dedicarte a desempeñar un trabajo no quiere decir que entiendas como funciona, algo así como Homero Simpson o nuestros gobernantes. Me cuesta creer que la dos veces ganadora del premio al mejor trio y a la mejor escena de sexo grupal de la historia no pueda escribir media cuartilla que encienda la libido y acelere la imaginación.

Al principio creí que la falta de cachonderia era por la pésima traducción, o por el exceso de españolismos (coño, chocho y felpudo aparecen a diestra y siniestra), pero conforme fui avanzando me di cuenta que en realidad es porque aunque Sasha Grey apareció en más de 500 películas para adultos, ella nunca tuvo que pensar en cómo se tenía que desarrollar la escena, solamente se encueraba y se veía bonita.

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Creyó que con su amplia experiencia en las artes del catre podía escribir un libro equiparable a la obra del Marques de Sade,  es como si yo mañana me voy a construir casas porque vivo en una o a arreglar camiones por que seguido los uso, la verdad su libro está muy aburrido y repetitivo.

En fin, siempre existirá el internet y los sitios llenos de virus y troyanos para recordar aquellos bellos momentos en que Rius era revolucionario, Sasha Grey era lo máximo y yo no había gastado 200 pesos en un libro que hasta bostezar me hizo.

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