La mente nos engaña
Por Fernando Juárez «El Sargento»
Me encontraba reflexionando para escribir la presente columna, mientras observaba videos de Olivia Newton John y me perdía en la inmensidad de aquellos ojos de venado cuando de repente tuve la sensación de que eso ya lo había vivido, imagino todos hemos tenido episodios iguales donde primero nos inunda un sentimiento de miedo o angustia, posteriormente tratamos de recordar los detalles y al final solo se convierte en una anécdota curiosa para contar los domingos.
La sensación de estar experimentando una situación por segunda vez es conocida coloquialmente como Deja Vu, casi siempre el “conocimiento” que trae consigo la experiencia se atribuye a un sueño que se ha tenido en días pasados, a lo largo de la vida tendremos muchas experiencias asi aunque muy pocas veces se les da una importancia verdadera.
Otra experiencia curiosa es la llamada Jamais Vu y ocurre cuando al enfrentarnos a una situación rutinaria y común simplemente se nos olvida como ejecutarla, como si fuera la primera vez que nos encontramos frente al problema en cuestión.
Sobre este último se han llevado a cabo varios experimentos pues es una situación que puede llegar a ser hasta peligrosa, imagínense que le ocurriera a una persona mientras maneja o a un médico mientras realiza una delicada cirugía, el experimento más conocido fue llevado a cabo por Chris Moulin y fue pagado por la universidad de Leeds.
La prueba es muy fácil y todos la podemos llevar a cabo, solamente se debe de escribir mínimo 30 veces la palabra puerta en una hoja blanca en un lapso no mayor a 60 segundos, lo anterior se repite unos 10 veces seguidas. De acuerdo con los resultados al 70% de las personas se les trabo la escritura en algún momento y otros de plano dejaron de escribir sin tener un motivo, la explicación es que el Jamasi Vu es la forma en que el cerebro se toma 5 minutos de relajación después de labores mecánicas y tediosas.
Otra situación que todos hemos vivido es el Presque Vu, ocurre cuando tenemos una palabra en la punta de la lengua pero simplemente no sale, lo mismo puede ocurrir con nombres, lugares o anécdotas que inevitablemente quedan incompletas, gracias al acecho eterno de la demencia senil, lo raro es que casi siempre nos acordamos del concepto después de que paso un tiempo o simplemente dejo de ser relevante para la conversación y fuimos tachados por todos los acompañantes como “el ruco que no se acuerda”.
Como se podrán dar cuenta nuestra mente no esta tan controlada como lo podemos creer, aunque claro está a lo mejor existen personas que jamás van a experimentar ninguna de las situaciones que les cuento, pero hay otros que los sufren día con día, en futuras columnas (si es que no me corren) espero seguirles contando más engaños, trampas y mañas que nuestro cerebro nos hace simplemente por que esta aburrido o para distraerse.
