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La Cuarta Revolución…Yo tengo otros datos

Sin duda hay avances y promesas cumplidas que reconocerse como la implementación de los programas sociales prometidos en campaña, sin embargo, una verdadera transformación, objetivo máximo establecido por el propio gobierno, está lejos de cumplirse

“Un estadista que ignora la forma en que se originan los acontecimientos es como un médico que no conoce las causas de las enfermedades que se propone curar.“ Polibio

By: Manuel Ochoa

El día de ayer se cumplieron 365 días de la llegada del nuevo régimen a la Presidencia, cuyo máximo líder es Andrés Manuel López Obrador. Sin duda hay avances y promesas cumplidas que reconocerse como la implementación de los programas sociales prometidos en campaña, sin embargo, una verdadera transformación, objetivo máximo establecido por el propio gobierno, está lejos de cumplirse, y a pesar de los datos felices que da Presidencia, hay otros datos que nos regresan a la realidad.

El 2019 se perfila a ser el año más violento de la historia desde que se tiene registro, de Enero a Octubre (último mes con registro actualizado) se han cometido 29 mil 597 asesinatos de acuerdo al Secretariado Ejecutvo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en perspectiva durante el 2011, el año más violento del sexenio de Felipe Calderón fueron asesinadas 27 mil 199 personas, es decir dos mil personas menos de las que van asesinadas en el presente sexenio hasta Octubre.

833 asesinatos han sido clasificados como feminicidios, un feminicidio es clasificado como tal cuando el asesinato de una mujer ocurre por razones de género, se calcula que actualmente en México ocurren cuatro delitos cada minuto contra mujeres y niñas de este país, una cifra que nos habla de la falta de seguridad y del horror y el temor con el que viven diariamente las mujeres en México.

Claramente la violencia no se acabó en seis meses de la llegada del Presidente como lo prometió en campaña, al contrario, no existe punto de inflexión ni tendencia a la baja en las cifras oficiales de homicidios, delitos, y violencia, estamos experimentando una espiral de violencia incontrolable en el que el Estado se encuentra totalmente ausente, como ejemplo la batalla de Culiacán vivida en Octubre de este año.

En crecimiento económico, un pilar esencial para la mejora del bienestar en el país, se prometió en campaña una cifra del 4%, la realidad, a un año del inicio de la Presidencia nos sitúa en un crecimiento anual entre el 1.5 al 1.9%, tan solo en el trimestre anterior la economía solamente creció 0.3% en términos reales, una cifra bastante negativa si consideramos que a nivel global las economías emergentes y desarrolladas siguen creciendo, nuestro vecino y principal socio comercial tiene una tasa de crecimiento mayor al 3%, los precios del petróleo no han caído, y las tasas de interés continúan a la baja.

Existe una cifra aún más preocupante, los ingresos estimados en la Ley de Ingresos aprobada el año pasado no se cumplirán, hasta Octubre del presente año, los ingresos tributarios han crecido -5.5% a lo presupuestado, mientras que los no tributarios han crecido -19.7% menor de lo esperado, tan solo como ejemplo, los ingresos de Pemex han caído -53.8% a lo presupuestado; el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que ha crecido en un 45.7%, es el que mantiene a flote las finanzas del gobierno, ese  impuesto del que hablaban mal en campaña y habían prometido eliminar, les está salvando el barco.

En el ámbito de transparencia, en una investigación realizada por el medio Animal Político, identificaron que a un año de gobierno, la Administración Pública Federal en su conjunto ha declarado 14 mil 801 veces la figura de “inexistencia” de documentos, de acuerdo con estadísticas del INAI. En el primer año de Enrique Peña Nieto como presidente se respondió que la información era inexistente a 5 mil 659 solicitudes y en el de Felipe Calderón, a 3 mil 850, una cifra casi 3 veces superior a la de Enrique Peña Nieto y 3.6 veces superior a la de Felipe Calderón.

 

Ante estas cifras, lo celebrado ayer fue la celebración al poder, ese poder que aún rinde culto al personalismo, que pelea en redes sociales sobre quien lleva más personas a un mitin, como en el viejo ADN priista.

 

Los números, los datos, nos alejan de una realidad positiva para el país, nos alejan de una verdadera transformación a la que le ha faltado apego a la legalidad y le ha sobrado culto a la lealtad del Presidente. Es el primer año de seis, aún hay tiempo de corregir, pero ante la insistencia de contar una narrativa diferente a lo que demuestra realidad, dudo que esa corrección llegue a tiempo.

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