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Huir del dolor no es sinónimo de madurez // By @Siibariita

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Por Liz Gómez

Si se parte de la idea consciente de que se es ser humano, entonces no se puede aislar la condición de dolor que nos caracteriza como tal, dado que crecer duele a causa de que se renuncia a los placeres de las etapas de vida que se van dejando.

Por principio, es necesario marcar la diferencia entre dolor y sufrimiento, el primero se refiere al acto o hecho vivido que lo provoca ya sea una pérdida simbólica o real, estrés, enfermedades, ausencia de algo o derivado de cualquier emoción que lastime, por ejemplo, la tristeza, el enojo, la ansiedad o frustración; la segunda hace referencia a la desesperanza que provoca el dolor, pues a causa del sufrimiento hay pensamientos, recuerdos e imágenes que pueden durar por tiempo indefinido, días meses e incluso años, esto sucede aunque la situación que provocó el dolor ya se haya solucionado, es decir, el sufrimiento puede aparecer aunque el individuo haya comprendido su dolor o no haya entendido nada de su experiencia, por ejemplo, cuando recordamos el fallecimiento de un ser querido se sufre al traer eses imágenes al presente pero ya no duele como cuando sucedió.

Es claro que a nadie le gusta sentir dolor, sin embargo, cuando el sujeto se cierra para no sentirlo al mismo tiempo se bloquea para no sentir felicidad o placer de forma congruente, pues cómo se pretende sentir alegría sino se sabe diferenciar a esta del dolor y del sufrimiento, si es así solo se puede decir tres cosas de estas personas: se autoengañan, se autodestruyen y evidentemente no son confiables, sus emociones no han sido clarificadas porque no se atreven a vivir los opuestos de sus emociones, sin duda, les será difícil vivir el amor, la empatía y la felicidad de forma adecuada.

El miedo es el principal factor que hace que se hulla del dolor, este se manifiesta por no poder controlar la cantidad de dolor que se sentirá, a su vez es el causante de paralizar al ser humano en su desarrollo adecuado, sino se da la oportunidad de sentir dolor, jamás se conocerán los recursos psíquicos que se tienen a nivel individual para afrontarlo y elaborar la angustia al igual que el sufrimiento.

Desafortunadamente se educa durante la infancia para tener una vida PERFECTA donde nada estropea la aparente felicidad que buscan los padres, donde es impermisible mostrarse débil ya que es una sensación que espanta y lastimosamente parece que demerita al ser humano. El conflicto más grave es cuando se va creciendo y la conciencia se hace más consciente, por lo tanto, destroza aquel pensamiento de la perfección y felicidad permanente, es decir, indica el dolor a la REALIDAD, duele crecer, duele independizarse, duele hacerse cargo de uno mismo y de lo que se siente.

Si nos explicaran que cuando algo duele es porque hubo amor y es saber que algo se ha transformado en pro de la madurez, el miedo entonces no jugaría un papel importante; aceptar la alegría, la empatía, la felicidad y el amor es indirectamente asumir y aceptar el paquete completo de emociones y sensaciones, SÍ TAMBIÉN LAS QUE DUELEN. El ser humano y la vida no se aceptan ni se vive en secciones, sino que es un vaivén entre la frustración que indica dolor y la felicidad, solo así se puede decir que se está madurando.

Dejemos de huir del dolor a través de los actos, buscar siempre estar ocupados para no vivir esta sensación implica cobardía ante la vida y la condición de aceptarse como humano; hacer consciente el dolor ayudará a saber que también tiene un final, COMPRENDE NO ES PARA SIEMPRE, darse la oportunidad de sentir el dolor ayudará a crecer, a ser conscientes, a aceptar la realidad, a ser más empáticos, más compasivos y más fuertes.

No tocar el dolor hará de ti una persona llena de orgullo y de narcicismo, si es esté el caso yo te preguntaría ¿qué motivos hay para que te sientas TAN orgulloso/sa y esto te llevé a tener una vida vacía?, si existen múltiples formas de manifestar la felicidad, date la oportunidad de conocer las múltiples formas de hacer contacto con el dolor pues no siempre tiene que ser de forma desgarradora, es momento de que lo veas con tus ojos y no sigas viviendo como te han contado que es, recuerda que lo más peligroso es tenerle miedo al dolor dado que el miedo debilita, pierdes confianza y detiene tú madurez; piensa que si amas las sonrisas indirectamente amas el dolor que las transformo.

Nos vemos pronto con más palabras democráticas para el placer y la conciencia.

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