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El hombre sin amigos // By Camila Cienfuegos

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Por Camila Cienfuegos (Camila Balletina)

Hombre de pocos amigos es Javier Duarte, pero no siempre fue así. Curiosamente sus amistades eran cuantiosas mientras el expriísta ostentaba poder absoluto en Veracruz. Sus “distinguidas” amistades iban desde el presidente EPN hasta Alfredo del Mazo, candidato del PRI al gobierno de EDOMEX y por quien dicen algunos, se aceleró la detención del veracruzano en Guatemala ante lo aguado de su campaña gubernamental.

Pero con o sin amigos, Duarte es un ejemplo de lo que es un hombre prescindible del sistema. Forma parte de una larga cadena a la que el mismo López Obrador se enlaza, pero para desgracia del hoy detenido, al eslabón que le unía a la cómoda serie se le aplicó mayor presión y finalmente tronó. Así es el destino de los hombres del sistema: la bonanza o la desgracia. Si sus cualidades lo ameritan, son reutilizables para otro cargo y en menor medida son desechables; así lo demanda el sistema para su sostenimiento: ir en contra del sistema es impensable.

¿Pero por qué inmiscuir a AMLO con Duarte si el exgobernador detenido no presumió ser mecenas del tabasqueño? Quizá no fue Duarte, pero sí el actual mandatario, Miguel Ángel Yunes, quien dio a conocer que una franquicia de MORENA en Veracruz recibía al menos dos millones 500 mil pesos al mes en algún periodo del gobierno duartista. Yunes prácticamente denunció una alianza Duarte-AMLO que por obvias razones, hoy el tabasqueño ha negado pese a que el detenido en Guatemala no ha sido interrogado por autoridades mexicanas. De ser cierta la información, al PRI tampoco le habría gustado la hipotética alianza.

Javier Duarte es el malo de moda; es tan malo que el PRI aceleró su expulsión sin contratiempos aprovechando mañosamente que ya estaba en fuga para aplaudir en el futuro su detención. Siempre es mejor apresar a un expriísta que a un priísta en activo. Duarte es tan malo que su sola imagen es usada para denostar opositores. Basta mostrar una foto de Duarte saludando a otro político para asumir que también es corrupto y malvado. Es tan, pero tan malo Duarte, que sigue siendo noticia eclipsando a su homólogo tamaulipeco, Tomás Yarrington. Es tan malo que ya no tiene amigos.
Pero aún con todo y lo malo que pudiera ser, a Duarte se le concedió, como a muchos otros exgobernadores, el favor de una última gracia: no tocar a su familia, especialmente a su esposa y algunos bienes que garanticen la solvencia económica por muchos años.
Algunos crímenes que se le imputan a Javier Duarte no son distintos a las observaciones que en Michoacán le han señalado a algunos exgobernadores. Pero la libertad o la prisión de la que gozan unos y otros no tiene nada que ver con cuestiones legales. El sistema, nuestro sistema mexicano no funciona así. Es por eso que es posible ver a un exmandatario en prisión y a otro como subsecretario de Educación superior.

IMAIP, PUEBLO CHICO INFIERNO GRANDE
El ITAIMICH, era un órgano autónomo que durante muchos años gozó de mala fama por tener que resolver más problemas internos que los concernientes a su naturaleza de acceso a la información pública. En los últimos dos años y recientemente convertido en IMAIP, ha disfrutado de relativa calma que por momentos se ha quebrantado cuando en su interior sale a relucir el color de los partidos políticos que integran su estructura.
Es ahora el PAN, cuyo representante no oficial, Daniel Chávez, es el que ha alebrestado la gallera en su pretensión por convertirse en comisionado presidente, para que llegado el 2018, pueda cacarear los pocos avances que el Instituto ha logrado.
Pero es también Chávez el comisionado más cuestionado e impugnado desde su llegada hace casi dos años por el sello panista que ostenta en detrimento del alto perfil que debería tener quien ocupa su lugar. Uno de los detalles que pusieron en duda su capacidad fue cuando en su afán por proteger a faltistas e indisciplinados, reclamó que se sancionara a gente afín a su grupo si no había un reglamento vigente. Irónicamente, el reglamento interno que él mismo había propuesto, ya contaba con vigencia a partir de su publicación en el Periódico Oficial pero Chávez lo ignoraba.
Daniel Chávez tampoco fue brillante en su paso por una diputación federal y la delegación de INFONAVIT, más bien fue grisáceo, pero ante la cercanía del 2018, hoy se le cuecen las habas por ser el presidente del IMAIP y sentar a sus anchas los reales del panismo en ese Instituto al que no le ha aportado nada a la fecha.

¡Excelente miércoles para todoooooooooos!

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