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¿Guerra sucia o cochinota?// By Camila Cienfuegos

editoriales
CAMILA CIENFUEGOS

Por Camila Cienfuegos (también llamada la Reina del tepache)

Es tal vez ésta la parte de las campañas que más me gusta, es lo que en términos de la tradicional nota policiaca dicen que –al referirse al homicidio de un amigo a otro-: “salieron a relucir viejas rencillas y…” ¡matarile!

Tampoco quiero decir que soy una morbosa, que gusta de ver los pleitos de candidatos cual peleas de cantina desde la cómoda posición de mi cama y frente a la compu pero… se supone que a eso se exponen, especialmente cuando hacen cosas malas que parecen buenas o viceversa, cuando se juntan con gente de mala reputación, o hasta con una simple chela en la mano y para lo cual no falta alguien que acuse al susodicho de alcohólico o “pedote”.

Ayer se acusó a don Silvano por “arrejuntarse demasiado” con una chica presuntamente involucrada con criminales y darle un beso en el cachete. El mismo Silvano acusó categórico que dicha imagen fue diseminada por gente de la candidata panista, Cocoa Calderón. Refirió que era guerra sucia. Pero no fue doña Cocoa la enfática con la mentada imagen, sino don Chon Orihuela, quien en una entrevista radiofónica, fue muy categórico en señalar que la mentada foto de Silvano tenía que ser investigada, que no se trataba de guerra sucia cuando había evidencias de una posible relación entre el candidato del PRD y la muchacha de la foto que presuntamente estaría vinculada con una banda criminal.

…Eso le pasó ayer a Silvano, pero hoy, el periódico Excélsior saca “a relucir viejas rencillas” y refresca en la memoria popular, a través de un reportaje, los presuntos vínculos del candidato priísta, Chon Orihuela, con narcos noventeros, concretamente con el “Güero Palma”. Es también ahora que tanto Silvano, como otros candidatos, le voltean la gorda al priísta y ahora exigen una explicación de dichos datos y fotos.

Para terminar de regar el tepache en la ya desordenada mesa de campaña de don Chon, el enviado del PRD nacional, Jesús Zambrano, también sacó a relucir algunas propiedades (31 en total) que el abanderado tricolor tiene desparramadas por la geografía michoacana. Hartos billetes ha de tener don Chon que hasta el Porsche Panamera que le criticaron se le hace viejo, un verdadero “yonke”, diría mi hermano.

El mismo Zambrano Grijalva le puso nombre al pájaro delator que distribuyó la foto de Silvano en pleno arrepegón: Roberto Monroy (y no Cocoa), un chico que tiene fama de funcionario de relumbrón. Los datos del enviado del perredismo nacional resultan ser harto interesantes pues prácticamente hace una radiografía del rataplán priísta.

Parece que ahora son otros los que deben dar no una, sino muchas explicaciones.

¿HASTA DÓNDE ES GUERRA SUCIA?

Para empezar nunca he sabido que una guerra que sea limpiecita, y aunque el término es poco adecuado, porque inicialmente se denominaba a este como los brutales actos del gobierno (y su respectivo ejército) contra grupos civiles o subversivos, hoy se estila que es contracampaña política y puede ser falsa o verdadera.

Cualquiera podría argumentar que la documentación y exposición pública de presuntos actos criminales de algunos candidatos es guerra sucia, pero yo no lo veo así, de hecho, me parece una obligación hacerla del conocimiento de las autoridades; caso contrario, el mismo poseedor de dicho material estaría cayendo en una perversa complicidad.

Esto me recuerda una anécdota que llegó a mis oídos de un político priísta local que poseía información delicada, que involucraba a panistas directamente en el narcotráfico.

  • ¿Por qué no hace pública esa información señor candidato? –alguien le preguntó, consciente de que se trataba de datos que mermarían la campaña de sus contrincantes-.
  • ¡Noooo! –respondió alarmado el priísta- ésta la voy a sacar por si me sacan algo a mí.

¿Que qué quiero decir? Pues es simple: seguramente hay más datos, más grabaciones, más fotografías, hay de todo pero nadie se anima a lanzarse a la guerra total, nadie sabe a ciencia cierta qué material posee el contrincante, y… pues todos esperan los tiempos oportunos. Es por eso que yo digo que más que guerra sucia, esta es… digamos que una guerra cochinilla.

¡¡Buen jueves para todooooooooos!!
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