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En Loco Tidiano… ¿Ya te adaptaste al horario de verano?

 

By: Rosío Morelos.

¡Despierta ya! Retumba en tu cabeza

Es el sonido maldito que llama a la pereza,

Y el minuto más, la almohada pegada a la oreja

Lo a gusto que estaba soñando…

https://www.youtube.com/watch?v=OxBO6JbB3xE

Ser despertado una mañana, cortesía de la nefasta alarma del celular (que no importa si elegiste la canción más dulce del mundo, la acabas odiando). Hacer esfuerzos sobre humanos para levantarte (debido a una pesadumbre más intensa de lo habitual). Llegar al trabajo o la escuela y vivir un día inquietantemente largo. Percibir además, lo chocante del sol que está más irritable que de costumbre y que seguro hoy se ensañó contigo por razones misteriosas. Estar todo el día de la ver…sión más amarga de ti mismo. Llegar a casa abatido por la noche y darte cuenta de que ¡como el dinosaurio y los baches de Morelia!, la luz todavía está ahí. Y solo entonces caer en la cuenta, de que fuiste “bulleado” por el cambio de horario, del que no te percataste por tu naturaleza distraída y porque tu teléfono inteligente hizo el cambio “solito” y sin avisarte.

Un día así (y que se puede repetir otros años, incluso consecutivos para un despistado extremo) es a lo que estamos expuestos, debido a que se decidió (hace más de veinte años), copiar lo que ya se venía haciendo desde hacía tiempo en otros países, de establecer dos diferentes horarios a lo largo del año, con la finalidad del ahorro energético y de aprovechar al máximo las horas de luz natural.

El horario de verano es una maquiavélica invención que llegó a México de manera generalizada en 1996. Para algunos de los que nos tocó sufrir el cambio, tener que adaptarnos a esta nueva disposición oficial representó un fuerte desafío (solo que no teníamos todavía los smartphones para presumir que aceptábamos “el challenge” y que logramos además salir bien librados de la catástrofe).

Si bien es cierto que cambiar nuestros hábitos de sueño no es algo del otro mundo (es algo que hacemos a lo largo de nuestra vida cuando cambiamos de escuela o trabajo, o bien cuando decidimos hacer un cambio de raíz en nuestra salud y se nos ocurre levantarnos a hacer ejercicio), la diferencia está en que estos cambios generalmente los hacemos con alguna motivación (el cambio de escuela puede generar expectativas positivas, el cambio de trabajo o reinserción en el mercado laboral se traduce en recompensas monetarias y el cambio en hábitos de salud se traduce en mejoras del organismo).

En cambio, el horario de verano resulta, a todas luces, nefasto para los que tenemos que sufrirlo porque es algo que se nos impone y que rara vez se traduce en beneficios directos. Además, a pesar de los muchos años que llevamos sometidos a esta modalidad, el cuerpo sigue resintiendo este desconcierto y los primeros días o incluso semanas, nos cuesta trabajo levantarnos, y también intentar dormirnos más temprano. Cuenta la leyenda incluso que éste cambio provoca mayor número de accidentes debido a la irritabilidad y somnolencia de los habitantes, y además de acuerdo con un estudio sueco aumenta el índice de ataques cardiacos.

Algunas autoridades argumentan por otro lado que el ahorro energético es importante, razón por la cual sigue siendo conveniente hacer el cambio de horario, aunque también hubo propuestas ya de eliminarlo. Como quiera que sea, los habitantes tendremos que adaptarnos nuevamente a este nuevo horario que tenemos encima, conformándonos con saber que la hora robada, (por la cual se adelantan todas las actividades) nos será regresada el 27 de octubre, en donde no solo contaremos con un clima más benevolente para soportar el cambio, además tendremos el lujo de levantarnos más tarde y desvelarnos, (como niños malcriados rebeldes que se pasan las órdenes de la mamá por los hu…sos horarios).

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