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En la opinión de Alejandra Ortega: Prohibido contradecir a Obrador

By: Alejandra Ortega

Desde hace un tiempo se habla de problemas internos en el gabinete presidencial, incluso se ha dicho que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero habría renunciado ya en dos ocasiones.

Estos rumores cobraron fuerza cuando en una de las presentaciones mañaneras del presidente del México, ella apareció a su lado, sola, sentada en una silla, como castigada, callada, porque en ningún momento Obrador la tomó en cuenta, ni la hizo participar de la conferencia como siempre.

No es el único caso, ya ha habido varios desencuentros entre funcionarios, pero también contradicciones a la hora de emitir declaraciones y opiniones a los diferentes medios de información.

Pero hay un caso que llama la atención y preocupa, por el nivel del personaje en cuestión: Arturo Herrera, subsecretario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Esta semana, el Financial Times publicó una entrevista al funcionario de Hacienda, en la que reveló que la construcción de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, se aplazaría y que el recurso que se le iba a destinar (2 mil 500 millones de dólares), se emplearía para financiar a Pemex. Arturo Herrera estaba en ese momento en Londres para reunirse con empresarios.

Pero el problema surgió en la mañana del martes, cuando Obrador desmintió lo dicho por Herrera y al contrario, aseguró que Dos Bocas va bien y se va a construir en tres años como se ha planeado. Abundó que lo dicho por Herrera fue un malentendido y adelantó que la licitación podría ser anunciada el próximo lunes.

Esto a pesar de las críticas que ha tenido su proyecto, pues incluso expertos en el tema han desestimado que una refinería pueda terminarse en un tiempo tan corto, ya que en ningún lugar del mundo se ha construido una refinería en tres años.

Así que cabe la pregunta: ¿Qué clase de refinería pretende construir el presidente? Porque podría ser que en lugar de una planta como la Antonio Dovalí, en Salina Cruz, tuviéramos un remedo de esto, aunque la obra, como sea, bien puede servir para declarar cumplido otro de los 100 compromisos hechos al tomar posesión del cargo, situación que le ha reportado enormes dividendos entre sus seguidores que aplauden cada vez que el presidente declara cumplida una de sus promesas, aunque sean en realidad a medias o ni siquiera se ofrezcan pruebas que corroboren lo dicho por el mandatario, como en el caso del supuesto combate al huachicoleo.

Y el hecho de que haya estas contradicciones y hasta desmentidos públicos entre el presidente y sus funcionarios provoca un efecto contrario al deseado, sobre todo en el exterior, en donde muchos ven con desconfianza e incertidumbre el actual del nuevo gobierno. Estos mensajes confusos abonan a la ya de por sí mala percepción de los inversionistas y los mercados.

Hoy las críticas al subsecretario inundan las redes sociales, los calificativos negativos pululan, llamándolo incluso, traidor y algo así como “parte de la mafia del poder” por haber trabajado en el Banco Mundial, lo que le ha generado un conocimiento muy importante en el tema financiero a niveles globales, pero también un reconocimiento entre personajes del sector, lo cual es mucho decir en un gobierno en el que los perfiles de los funcionarios son en general bastante regulares.

Lo anterior, sin contar que Herrera es además un muy cercano colaborador de Obrador desde que era Jefe de Gobierno y que además fue uno de los personajes clave que “destrabó” el conflicto con los tenedores de bonos en el proceso de cancelación del NAIM.

Pero al parecer, lo que se le castiga es que hable con sensatez, contradiciendo a Obrador y recibiendo un revés de éste en momentos coyunturales en los que es muy necesario actuar con inteligencia y mesura, pues la estabilidad económica de México está en juego.

Hoy la cabeza de Arturo Herrera pende de un hilo, que se romperá cuando AMLO decida.

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