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El sufrimiento: Un medio para encontrarte // By @Siibariita

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Por Liz Gómez

El sufrimiento tiene una diversidad de intenciones, una de ellas es darle sentido a la vida, a las situaciones y a nuestra dignidad con el fin de encontrar los motivos que nos conducen a la plenitud y felicidad. El sufrimiento por lo tanto, será un aspecto básico para desarrollar la personalidad, gracias a él la personalidad se hace más firme, más estable y más empática hacia los demás, con esto no propongo que vivas en un mundo de sufrimiento y lo busques con frecuencia con el fin de alimentar todos estos aspectos, lo que realmente pretendo exponer es que identifiques la forma en que lo enfrentas, de esto dependerá la manera en que lo adaptas a tu estilo de vida.

Al momento que pretenden enseñarnos o educarnos a evitarlo, a asumirlo como algo inexplicable, y nos dicen que además es la principal causa de traumas, nos crean una ilusión ante la vida libre de padecimientos, nos prohíben el dolor y el llanto, es decir, hay prohibición al sentirse mal y por lo tanto, el costo que se tiene al renunciar al sufrimiento, es el deshumanizarte de a poco, creando personalidades débiles y llenas de orgullo ante la sociedad.

Al educarnos con miedo y angustia a sufrir, en lugar de fortificar las fortalezas y cualidades psíquicas de desarrollo y madurez, se estará matando el deseo y la intención de trascender, dado que una forma de hacerlo adecuadamente es asumiendo la capacidad de padecer pero a su vez elaborar este dolor, entenderlo e integrarlo a la vida diaria como modo de aprendizaje, y si logramos que así sea, serás un promotor/a de tranquilidad y de luz para los demás en situaciones de dolor, porque lograrás entender que esta frustración no es para siempre.

Requerimos de más personas que se atrevan a sentir y regresen con los demás a quitar la sobreprotección, la inutilización emocional y psíquica que crean en muchas personas desde edades tempranas a causa del miedo, hay que dejar de enseñar a justificar las inadecuadas acciones y decisiones, se debe educar bajo la premisa de responsabilidad, juicio y conciencia ante los actos.

Lamentablemente estamos en una cultura en la que el sufrir tiene mala reputación, no nos proporcionan porqués suficientes para sobrellevarlo, por el contrario, nos dotan de múltiples formas para combatirlo, ¡esta actitud de negación del mexicano vaya que no tiene límites! Se tiene la absurda idea de que se es capaz de eliminarlo, y esto verdaderamente es IMPOSIBLE.

De ahí surge la respuesta que: claro que cada vez que sufras te quebrarás y destrozaras a causa de los pocos o nulos recursos que te ofrecen para que crezcas, madures y te desarrolles, por supuesto que te dará angustia, miedo y frustración ante el sufrimiento cuando tu desarrollo emocional aún este sin contención, sin educación hacia la adaptación y con exceso de sobreprotección.

Alguna vez revisaba un texto que explicaba que la experiencia dolorosa es mucho más completa y nutrida que la mera sensación de dolor, esta última es siempre un dolor externo, producido por una situación negativa y manifestada corporalmente, pero que no tiene una causa orgánica, sino psíquica, mientras que la quiebra y el desgarro íntimo de la persona son un dolor interior, o sea sufrimiento. “En el sufrimiento o dolor interior, interviene la memoria, la imaginación y la inteligencia”, sí leíste bien: INTELIGENCIA.

Es ahí donde radica la importancia de cómo enfrentar el sufrimiento y comprenderlo cuando llegue, más no estar involucrándote y buscándolo con un objetivo consciente o inconsciente de provocar una actitud de victimización ante los demás, sin duda, en ambos casos duele, pero el desenlace final en ambas situaciones tiene distintas intenciones y repercusiones en tu vida, en tu actitud y en tu persona.

Si tuviera que ser concreta en las fuentes de dolor, diría de acuerdo a Freud que una de ellas es la enfermedad que nos hace darnos cuenta de nuestra grandeza e importancia de descubrir quiénes somos y cuanto importamos, en segundo lugar las agresiones que nos hacen descubrir nuestro desamparo, falta de protección e indefensión, y por último las relaciones interpersonales que gracias a ellas descubrimos la injusticia; y es así que en cualquiera de estos aspectos cuando sufrimos nos encontramos, y lo digo en toda la extensión de la palabra y con toda la intención que implica el escribir “nos encontramos”.

Nos vemos pronto con más palabras democráticas para el placer y la conciencia.

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