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El canto de las sirenas

Por SANDee

Vivir en una isla es como estar en otra dimensión. Estar lejos del continente da una sensación de estar fuera de este tiempo, como en una película, a través de lo que las fotografías cuentan, un momento del pasado capturado y después preservado por generaciones  para decirnos cómo era la vida en ese entonces.

En Cine Lupita se exhibe una serie fotos de principios del siglo pasado, reflejan los paisajes de una isla Holbox, Quintana Roo, más exuberante en palmeras, con todo el encanto caribeño de sus techos de paja y el panorama del estilo de vida; una en especial me atrapó: Un grupo de pescadores cargando en un palo a un enorme espécimen que parecía algo así como una foca.

“Pescadores con manatí” Leía el pie de fotografía. Me preguntaba “¿A qué sabrá la carne de manatí? ¿A carnitas? “…De este ejemplar comió todo el pueblo…” ¡Qué mala onda que esté pensando en este inocente como taco de carnitas y de seguro está en peligro de extinción!” Mis pensamientos eran como una discusión entre mi diablito carnívoro y mi angelito ecologista. No había escuchado que tal criatura habitara esta región del Caribe mexicano,  ni que se encuentra en peligro de extinción, ajá…Igual que muchas otras.

El Manatí del Caribe es una criatura de hábitos sociales, viaja en manadas y protegen a sus crías de los depredadores, en el océano se las arreglan, pero con el humano van perdiendo la batalla. Son apreciadas por su piel, carne y grasa, supuestamente tiene poderes medicinales y hasta afrodisíacos según algunas culturas, por eso han sido presa fácil del hombre.

Una leyenda acerca del primer encuentro entre los conquistadores y los manatíes al acercarse a lo que ahora llaman el  continente americano dice que después de meses en altamar los marineros escucharon cantos en algún punto del océano y al acercarse a ese grupo de criaturas alucinaron que eran sirenas, quizá por los generosos senos con los que amamantan a sus crías.

El manatí de México habita desde Veracruz hasta Chetumal. Sus dominios abarcan ríos, lagunas, esteros y cenotes contribuyendo al equilibrio del medio ambiente, ya que se alimenta de lirio acuático. Los de la Península son capaces de sobrevivir tanto en aguas dulces como en saladas.

La imagen de los pescadores cargando esta enorme y voluptuosa criatura me impactó,  después asistí a una conferencia organizada por un grupo de activistas que investigan al Manatí del Caribe, entérate de los pormenores en la segunda parte de esta historia.

Twitter: @SanDeeMolina

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