SOFTNEWS

Edi, la Editorial… Policía, ¿de lado de quién está?

Edi, la Editorial

El 5 de junio un militar en retiro caminaba pacíficamente a plena luz del día por las calles del centro en la Ciudad de México y un par de sujetos intentaron asaltarlo, sin saber que el subteniente retirado dispararía en legítima defensa y acabaría con su vida y su historial delictivo, si es que lo tenían.  Lo cierto es que tenían 18 y 19 años y perdieron la vida porque trataron de despojar de sus pertenencias a la persona equivocada.  En la comunidad, se compartieron videos donde la gente se muestra furiosa contra el anciano que se defendió, incluso una veintena de familiares llegó al hospital Balbuena donde más tarde perdieron la vida los dos jóvenes y exigían una explicación de la autoridad. Lo que está claro es que no les hubiera servido escuchar que el anciano con más pericia no se dejó asaltar y en lugar de esperar a que llegara la policía, reaccionó en consecuencia, no sabemos si el instinto lo llevó a dispararles, o ese resentimiento que la sociedad ya tiene metido en la sangre por tanta impunidad.

En Michoacán “tampoco vendemos piñas”. En Uruapan y algunas colonias de Morelia se vuelve cada vez más común que la sociedad se organice y que detengan a presuntos delincuentes; es cierto,  algunas veces se les va la mano por esta ira que da el saber que más del 90% de los delitos quedarán impunes, así que descargan esa frustración en el raterillo de poca monta que lograron atrapar. Y sí, incurren en la mayoría de los casos en el abuso en la legítima defensa.

Pero qué pasa con estos fenómenos, ¿desde cuándo no confiamos en la autoridad? Algunas veces nos da más miedo que llegue la policía y trate de mantener el orden. Y no es que dudemos de que “en Michoacán tenemos a la mejor policía del país”, como reza un letrero a la entrada de la academia de policía en Morelia, no Señor, no lo dudamos… es que es un acto de fe demasiado ciego. No tenemos elementos para respaldar ese dicho.

El 10 de junio se hizo viral la detención de un joven por patinar en la plaza de Armas y de 4 personas más que intentaron evitar su detención arbitraria. En los videos compartidos tanto por reporteros como ciudadanos de a pie,  sólo quedó de manifiesto la falta de protocolos y de una adecuada capacitación en materia de Derechos Humanos y detenciones por parte de los oficiales, la gente grababa para proteger de la policía al joven -sí, leyeron bien-  le preguntaban: ¿cómo te llamas? ¿Cuál es tu teléfono? Y buscaban dejar constancia del abuso para conocimiento de la sociedad, porque los que deberían estar protegiendo a la sociedad, la agredían.

Los transeúntes que se sumaron a la trifulca, exigían que se les dijera por qué lo detenían y algunos más argumentaban que era menor de edad, por lo que no podrían subirlo a la patrulla sin compañía de un familiar, pero los policías sólo atinaban a mostrar su descontrol, su falta de capacidad, su prepotencia y hasta su imposibilidad de darse a respetar diciendo: “si no les parece, pueden incorporarse, está abierta la convocatoria en la corporación”. Eso terminó en una manifestación pacífica, todos los detenidos fueron puestos en libertad a unas cuantas horas, porque además todo se resolvió ante un juez cívico y ningún policía, al menos no tenemos conocimiento, fue sancionado.

Una semana antes, en Morelia,  una señora que atiende en un minisúper transmitió en vivo cómo se formó un operativo para supuestamente detenerla, por haber dado el cambio a un cliente con un billete de cien pesos falso. Tres patrullas llegaron al lugar dispuestos a detener a la señora que en todo momento se defendió hasta con insultos, reclamándoles por qué cuándo la asaltaron tantas veces no se apareció ni un policía y por un malentendido de cien pesos llegaba un operativo así de impresionante. No se la llevaron, destruyó el billete falso y lo repuso. Fue más simple para una ciudadana resolver un problema que la autoridad estaba haciendo más grande. Ya nos estábamos acostumbrando a que nos pase.

La madrugada de este domingo 30 elementos de la policía municipal de Ocampo fueron detenidos en un operativo que busca fincarles responsabilidad en el asesinato del candidato del PRD Fernando Ángeles Juárez; el tercer asesinado en campaña en los últimos 8 días. Entre los detenidos destaca el director de Seguridad Pública del municipio, y será la Secretaría de Seguridad Pública la que se haga cargo de la seguridad del municipio hasta que se terminen las indagatorias.

Y entonces, ¿de quién nos confiamos? Si quienes están armados y facultados para protegernos son quienes nos están provocando esa desazón y falta de confianza en las instituciones; porque no imagino vivir en un municipio donde un grupo de policías llega a detener a todos los policías del municipio en lo que averiguamos. Y no es el primer municipio michoacano donde se desarma a la policía por sospechas; ya lo habían hecho por ejemplo en Tangancícuaro.

Nuestro país vive un momento crítico, producto del profundo deterioro en el desempeño de las instituciones de seguridad y justicia, donde el Estado mexicano es incapaz de garantizar a sus ciudadanos las condiciones mínimas de seguridad (su principal responsabilidad en un sistema democrático).

Pues así es, el índice Global de Impunidad actual dice que Michoacán descendió un puntito en la escala, pero México ocupa el cuarto lugar con 69.21 puntos (Croacia es el país con el menor índice con 36.01 y Filipinas tiene el puntaje más elevado con 75.6). Por cierto, sin orgullo, México encabeza la lista de países del continente americano con el más alto índice de impunidad.

Y así aumenta la cifra negra y la tasa de violencia se mantiene en niveles muy altos. La cifra negra, es decir los delitos no denunciados, se mantiene en un nivel muy alto e incluso aumentó casi un punto porcentual en dos años al pasar de 92.8% a 93.7% (ENVIPE, INEGI). Esto confirma que los mexicanos seguimos sin tener confianza en sus instituciones de seguridad y justicia para denunciar los delitos de los cuales somos víctimas

Además el país tiene un déficit de estado de fuerza de policías operativos estatales de un 50.86%2. Esto quiere decir que México tiene la mitad de los policías preventivos estatales que debería tener, según lo que establece el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) en lo que denomina el estándar nacional mínimo, que debería ser de 1.8 policías evaluados. Sin embargo, los datos más recientes indican que México tiene apenas 0.8 policías por cada mil habitantes, considerando la depuración de elementos con resultado no aprobatorio en control de confianza.

Lo que es cierto es que no confiamos en nuestras instituciones mientras los resultados de denunciar o defendernos siempre terminen en impunidad; seguirán la falta de denuncias, déficit de policías (quién quiere ser policía con las condiciones laborales que ofrece la chamba) y una falta de capacitación adecuada.

 

Botón volver arriba