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DÍGAME CON QUE IDEOLOGÍA SE IDENTIFICA Y LE DIRÉ POR QUIEN VOTARÁ

«Cuando el filósofo calla, la humanidad retrocede” 

Pensemos, por un momento, que tenemos la capacidad intelectual, cívica y moral, que somos congruentes de los dictados de nuestra razón y el ejercicio libre de un acto simbólico, encaminado a la elección de los candidatos que gobernarán nuestro Estado y nuestro País.

Antes, tengo que pensar qué es una ideología, la que caracterizo como una impronta o una huella de una manera de ser y pensar o dicho de otra manera un ideario que se ha sujetado a nuestra persona sutilmente, por procesos de familia, de formación, de educación, de religión, de acción partidista o apartidista.

En los actuales tiempos modernos, es una triada de ideologías, las dominantes en la vida social, económica y política, tales como el socialismo, el liberalismo y el conservadurismo.

El liberalismo tiene como fundamento la libertad, basada en la propiedad privada, potencia al individuo contra el Estado; el conservadurismo es reaccionario a  todo tipo de revolución. Su propuesta política la sustenta en el orden; tanto la sociedad como el Estado deben mantener una jerarquía apuntalada por la tradición. Es aristócrata y le perturba la movilidad social; finalmente el socialismo base sus valores en la justicia distributiva, la igualdad de género y la igualdad racial, busca armonizar al hombre con la naturaleza y adjetive el progreso como el fin de la especie.

Las distintas corrientes coinciden en resolver el problema de “la cuestión social” integrándose sus correligionarios bajo ideas que intentan, de manera paralela tanto su realización personal con el beneficio colectivo; es decir, anteponiendo el bien común a la ganancia individual.

Entre ser liberal o ser conservador hay una diferencia de grado; aunque vale decir, que hay zonas comunes incluyentes, en términos de coincidencias y valores comunes. El liberalismo no asume una actitud mesiánica, como el marxismo, que pretende dar una respuesta a todo; por lo contrario admite que en su seno hay individuos divergentes y críticos.

Un ejemplo central de liberalismo es el concepto de libertad, que lo ubica en la cúspide de sus valores y por lo tanto reina en todos los dominios del poder político, social e incluso cultural.

Al admitir el liberalismo su ausencia de dogmatismo, asume que hay una realidad compleja y que las acciones políticas, en la economía, la educación, la salud, etc., deben adaptarse a esa realidad.

Ejemplos concretos de tales ideologías hay muchos y diversos en el contexto mundial; para efectos de mi columna sólo quiero traer a la memoria a tres liberales mexicanos muy interesados en resolver la cuestión social, formando la procuraduría de los pobres, en el caso de Ponciano Arriaga. Quien intento extender los derechos constitucionales a mujeres, indígenas y jornaleros fue Ignacio Ramírez; finalmente Ignacio Manuel Altamirano lucha contra el dogma religioso y el autoritarismo del Estado.

A diferencia de antaño, en que los que decidían políticamente los senderos del país, eran ciertas élites sociales, integradas en alguna de las ideologías señaladas; por lo contrario, ahora son las masas, agrupadas por sectores populares, trabajadores anónimos, estudiantes, colectivos de distinta índole, campesinos, los que pacíficamente (mediante el voto) o violéntamente (después de las elecciones) irrumpirán socialmente.trazando de esta manera una frontera fuerte con la manera de elegir anteriormente.

Por ello, mi pregunta inicial. Si usted comporta una ideología a conciencia adquirida, según se acomode a alguna de las características muy generales ya señaladas, con toda seguridad votará por aquel que abandere esa causa. Pero aquí cabe preguntar si los candidatos actúan conforme a sus ideologías o sólo tienen intereses económicos, políticos y sociales con su propio statu quo.

La moneda está en el aire. Espero ciudadanamente en la buena elección del Otro.

 

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