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Diario De Un Foráneo – Mala Memoria Decembrina

Para todos aquellos que empezaron en enero con las pilas y sus propósitos al 100, pero que durante los siguientes meses tuvieron alzheimer

By: Mariano Bolaños Montañez

Probablemente a muchos de nosotros nos pasa que siempre que llega diciembre, algo dentro de nosotros se activa y como que se nos mueve el tapete bien cañón; y es que de pronto nos damos cuenta de que un año más está a punto de terminar y nosotros ni por enterados.

El mes de diciembre es como el día domingo por la noche; nuestros propósitos de año nuevo para tener una vida más fregona, son como esa cartulina que olvidamos durante toda la semana; y las segundas oportunidades, al igual que las papelerías abiertas un lunes antes de la hora de entrada, muy pocas veces se ven.

Algo de lo que me gusta de este pilón del año, es que la mayoría de las personas nos ponemos más reflexivas, introspectivas… Nos desapendejamos, pues.

Es muy difícil pensar en los meses que pasaron y que a la fecha quizás no les sacamos todo el jugo posible; igual de difícil que bajar la mirada, y darte cuenta de que no te ves los pies por andar posponiendo la dieta «para el otro lunes».

Aunque año con año nos frustramos un poquitín por lo que no fue, y nos proponemos de nueva cuenta empezar con más fuerza que candidato en campaña, creo que este 2020 más asqueroso que una pijamada con Karla Panini y Sarita, nos dejó claro que hay veces que en serio, el tiempo no regresa, y que las cosas simples son las que a veces más se valoran.

Difícilmente nos acordamos de las pequeñas cosas que nos hacen afortunados; en cuanto a nuestro tema de competencia, muy pocas veces nos ponemos a pensar (sí, me incluyo) en que la mayoría de nosotros tuvimos la oportunidad de recibir educación académica, mientras hay quién sabe cuántas personas cuyo mayor deseo es saber leer, sumar y restar.

A veces se nos olvida que hay niños que preferirían cambiar el peso de las largas jornadas de trabajo, por las mochilas que en ocasiones nosotros ni a bien tenemos de cuidar.

Nuestra mala memoria que en diciembre parece componerse, hace que no recordemos por qué es que entramos a esta jungla llamada Universidad, por lo que a veces cambiamos las responsabilidades académicas por una noche de desvelos… Hay que tener equilibrio, es una etapa chida, por lo que hay que ser consciente de todo lo que implica.

Te invito a que pienses cuáles habían sido tus propósitos escolares a inicios de este 2020: tal vez sacar las mejores calificaciones posibles durante el ciclo escolar, participar en congresos o actividades extraescolares, terminar tu tesis (cryies in foráneo).

Ahora, piensa cómo cambiaron las circunstancias y nuestro día a día de la noche a la mañana… Cuántas oportunidades y tiempo perdido pudiste haber aprovechado e invertido en todas esas metas.

Nos topamos con una realidad que nadie conocía, y aunque nos tuvimos que adaptar descubrimos que realmente éramos afortunados con varias facilidades que en su momento no vimos ni valoramos.

Bien dicen que «nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido», así que… ¿Por qué no aprendemos de todo esto y le damos jaque mate a estos y todos los objetivos que en su momento postergábamos?

Te apuesto una caguama y unos cheetos de bolita que la satisfacción que te dejará, no tendrá comparación.

P.D. Saquen el intercambio y la posada virtual

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