Democracia VS Aristocracia // By Camila Cienfuegos

DEMOCRACIA vs ARISTOCRACIA (Y PREGUNTAS BÁSICAS PARA LOS ANULISTAS DEL VOTO)

Por Camila Cienfuegos (La promotora del voto)

Es posible que en este episodio caiga en lo engorroso (pero necesario) uso de las citas bibliográficas. Empero, se hace toral aclarar algunas cosas antes de subirnos al ring político y comenzar a echar patadas.

El Diccionario de Ciencia Política de Dieter Nohlen, en colaboración con Rainer-Olaf Schultze (y 161 cientistas), distinguen al menos 25 formas de Democracia. El prestigiado diccionario dice que la Democracia es “Dominio del pueblo, dominación de la mayoría, de los muchos…” Y entre las más de 25 formas de democracia, me parece que para el caso mexicano predomina lo que el texto llama “Democracia de Partidos”, que es la “Democracia en la cual los partidos desempeñan un importante papel en el proceso de formación de voluntad política y decisión. En la concepción crítica de los partidos una democracia en la cual los partidos políticos ejercen una dominación que controla todo, de manera análoga a como se enfatiza en la crítica al Estado de Partidos”.

En el término estricto de la Democracia, que con sus defectos y virtudes, es lo que domina en nuestro país, se debe de entender que el acceso al poder (vía partidos políticos) está prácticamente al alcance de cualquier personaje de la sociedad. Es decir, que a los poderes Ejecutivo y Legislativo puede acceder todo tipo de personas: cultas o ignorantes, ricos o pobres, corruptos u honestos, hombres o mujeres, jóvenes o viejos, prietos o güeros. También se incluye futbolistas, payasos, actores, cantantes y hasta delincuentes, cuyas pruebas para meterlos al bote no son suficientemente contundentes, pero sí les permite ser candidatos.

Ahora veamos lo que es la Aristocracia: “Forma de Estado clásica, opuesta a la Democracia y la Monarquía, en la cual una élite destacada por pretensión propia y asignación ajena (véase caso Jara), con respecto a la ascendencia, la propiedad, la experiencia, la cultura y demás, ejerce la dominación…”

¿Por qué estoy considerando a la Aristocracia y no otra forma de gobierno? Lo hago por el hecho de que una de las mayores quejas de la sociedad, y especialmente de líderes de opinión y periodistas, estriba en el hecho de que quienes aspiran a los distintos cargos de elección popular son ignorantes, faltos de propuestas; corruptos, torpes. O sea, son pelusa, escoria, indeseables sabandijas que como aves rapaces solo merodean la carroña del cargo público para servirse a sus anchas pero… y aquí viene el pero ¿no es regla de la democracia que cualquier persona, en pleno goce de sus derechos pueda acceder al poder?

Mientras muchos se quejan del tipo de políticos que tenemos, yo me preocupo del tipo de sociedad que somos porque, bien o mal, quienes se encuentran en el parlamento y el gobierno Ejecutivo, son mexicanos como cualquier otro; es decir, el gobierno como tal es un extracto de la sociedad que somos (¡ups!).

Dicho lo anterior, vayamos a otra pregunta ¿Democracia o Aristocracia? ¿Qué gobierne el pueblo o que gobiernen los mejores? Si escogen lo primero, les recuerdo que tenemos reglas y formas para hacerlo, pero si lo que se desea es que gobiernen los mejores, entonces tendríamos que reformar tooooooooodo para comenzar de nuevo, y aquí brincarían otras preguntas: ¿quién o quienes se encargarían de seleccionar a “los mejores”? ¿Bajo qué criterios los consideraríamos como “los mejores” ¿por nivel académico? ¿Por ser buenas gentes que hasta van a misa? ¿Porque barren todos los días la acera de enfrente? ¿Porque pagan impuestos puntualmente?

Sin duda, la Aristocracia por su enorme complejidad complica la forma de gobierno; me parece que generaría más disenso que consenso. Pero no me hagan caso, ya ven que toy re-loca.

AHORA LAS PREGUNTAS PARA LOS “ANULISTAS”

Y que quede claro que es con el debido respeto a las diferencias políticas:

¿En serio piensan que van a castigar a los políticos y partidos políticos al no ir a la urna?

Okey, en el supuesto caso que NADIE FUERA A VOTAR… (wow logramos la revolución) ¿Quién va a gobernar? ¿Ya pensaron en eso? ¿Van a gobernar los que ya están? Porque me imagino que son conscientes que este país, como cualquier otro país, debe ser gobernado por alguien ¿edá? Pero regresemos a la pregunta básica: ¿quién va a gobernar? Aahhhh…¡El pueblo! Díganme cómo pues ¿organizado? Ohhh ya, entonces de mientras se organiza el pueblo ¿quién gobierna en ese intervalo mientras se organizan las nuevas reglas?

¿Conocen un sistema mejor, más organizado, más reglamentado que el sistema democrático de partidos? ¿Sí? ¡Ah chinga! A ver díganme: ¿Cuál es? ¿Igualito que en Cherán? O sea… ¿creen posible que medio millón de morelianos puedan votar a mano alzada o formándose atrás del candidato que respaldan como lo indican los usos y costumbres de por allá?

¿Entonces piensan que cambiar de gobierno es solo cambiar de represor? Oohh… Entonces para ustedes ¿quién NO SERÍA REPRESOR?  O… mejor dicho ¿qué entienden por represor?

¿Todos los partidos son lo mismo? Me imagino que han leído los estatutos y principios de tooooooodos los partidos políticos para afirmar eso ¿edá?

¿También todos los políticos son iguales? ¿Los conocen a todos? ¿Neta? Entonces… ¿quién es diferente? ¿Tú eres igualito a tus hermanos? ¿Por qué no ser igual a tus hermanos si son hijos de los mismos padres?

Bueno, ya, ¿No acudes a votar porque estás inconforme o porque te da weva?

¿En este país hay alguien libre de pecado?

Dos importantes personajes intelectuales de la política disputan dos puntos de vista opuestos: El maestro José Woldemberg promueve el voto, mientras que la doctora Denise Dresser llama al voto nulo …¡YO LE VOY A WOLDEMBERG!

Okey, ya me voy a dejar de rijosa antes de ganarme más enemigos que amigos, pero este domingo de votación me parece muy importante, y cualquier decisión que tomen, pues tómenla con absoluta responsabilidad.

Ya el lunes platicaremos de los ganadores y de los que se quedaron en la carrera.

¡¡Buen sábado tequilero para todoooooooos!!

(NOTA: recuerden que hoy hay ley seca ¡ash!)

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