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De Miss Simpatía a Godzilla

Por Ann

Es normal que conforme pasa el tiempo y adquirimos experiencia nuestra forma de ver el mundo se modifique de acuerdo al entorno y contexto en el que nos desenvolvamos. Sin embargo, hay quienes dejan de ser quienes son por convertirse en quienes creen que deberían ser  perdiendo en el camino  todas esas cualidades que los hacen únicos y especiales. O por el contrario, se les cae la máscara y se muestran tal cual son, para bien o para mal.

¿Por qué si eras tan cool y alivianad@ te volviste tan mamón(a) y amargad@? Hay quienes le atribuyen, o mejor dicho, le echan la culpa al trabajo, la escuela, la pareja, al cambio de estado civil, etc. el hecho de volverse unos verdaderos hij@s de Chucky.

Hace unos años tuve una experiencia muy amarga con una persona que conocí en uno de mis primeros trabajos  a quien llegué a tener en muy alta estima. Resulta que nos topamos nuevamente en el entorno laboral, sin embargo sufrió un malviaje marca “no mam#s” que de ser comparable a Julie Andrews se transformó en  la Reina Roja (¡¡cóooortenle la cabeza!!). Fue triste porque nuestra amistad se fracturó definitivamente.

¿Por qué el cambio? Según esta personita que porque ya se casó, porque ya es una seño de su casa y porque tiene un trabajo que le exige seriedad  por lo tanto debe ser más madura. Buuu, si el sentido del humor, la honestidad, la jovialidad, la alegría, la humildad, la lealtad y el optimismo son signos de inmadurez (según sus piensos), hubiera preferido que no madurara nunca.

La adquisición de nuevas responsabilidades o cambios en nuestras vidas provocan que modifiquemos nuestra forma de proceder porque son situaciones o circunstancias nuevas que tal vez provoquen incertidumbre e incluso temor y algunas puede que nos causen estrés. A veces incluso actuamos creyendo que los demás piensan que así es como lo debemos hacer.  Esto desemboca en cambios de actitud, pero esto no significa que vamos a transformarnos en un@s perfect@s extrañ@s .

Además las apariencias engañan, no siempre la persona más seria será la más recatada, responsable y educada o el más pandroso  el más guarro, ñero y barbaján.  No caigan en eso de los estereotipos porque ustedes solit@s se pegan una odiosa etiqueta que generalmente no refleja a su verdadero yo y es muuuuy, pero muuuy difícil de quitar. Yo diría que hasta imposible.

Extiendan los brazos a los cambios, abrácenlos e imprégnenlos de la esencia que les caracteriza, háganlos suyos y vívanlos. Imprímanles su sello personal, recuerden que cada vida es única e irrepetible así como cada uno de ustedes querid@s changoonguer@s. Que les valga m#dre lo que diga el mundo, pero recuerden no dañar jamás a nadie ni a ustedes mismos.

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