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#Crónica Maluma Awebonao Gente Prendida Un Concierto Millonario Y El Saludo Pa’ Changoonga

STAFF/Camila Merino/@cammerino_

Once de la mañana de un 1ro de Mayo, la gente ya esperaba bajo el sol, después de viajar casi una hora, todo para ver al cantante colombiano Maluma.

Muchos llegaron con sus sombrillas, con sillas e incluso comida, anticipando que la espera sería larga, pues el reguetonero no pisaría el escenario si no hasta las nueve de la noche. A la una de la tarde fue el ingreso, el recinto ferial al fin estaba abierto y la gente corrió a apartar un lugar en el Teatro del Pueblo, valiéndole un pepino que faltaran ocho horas para el concierto.

Entre el público se encontraban más adolescentes que nada, hombres y mujeres. Algunas familias con niños pequeños y la ocasional viejita también. A eso de las dos treinta comenzó el sound check y todos los asistentes se llevaron un susto cuando una de las poleas que cargaba el equipo se soltó y les pasó rozando la coronilla.

Entre los amigos que se encontraban para hacer relevo, los que se iban a comer e incluso los estudiantes modelo que hacían su tarea mientras esperaban, fueron pasando las horas y cada vez se hacía una multitud más grande, que como si no lo sintieran, se sentaban bajo el sol a esperar el momento en que Maluma diera señales de vida.

A eso de las cuatro treinta de la tarde comenzó a llover, primero unas gotitas y luego se soltó el aguacero. Uno pensaría que la gente correría de la lluvia, que se querrían proteger. Los fans de Maluma resultaron ser lo contrario, pues más que moverse de su lugar se aferraron a él como si de ello dependiera su vida. Siguió lloviendo unas horas más y como si esto convocara a la gente, llegaron cada vez más y más personas al teatro del pueblo, haciéndose casi imposible caminar.

Esto claro, fue solo del lado general, en la zona de boletos numerados se dio acceso hasta las cinco treinta de la tarde, y los asistentes a esta zona poco se preocuparon de hacer fila, pues los más de tres mil asientos estaban apartados desde un día antes.

Dieron las ocho de la noche y la multitud comenzó a enloquecer, familias enteras llevaban bancos para delimitar su área, y se molestaban si alguien los llegaba a mover, vendedores de playeras y gorras merodeaban entre el público tratando de hacer valer la pena la mojada, la asoleada y la caminada. Entre los adolescentes se tomaban cervezas, cigarros y dulces, todo esperando el momento en el que “Maluma baby” cantará las primeras notas.

A las nueve de la noche comenzaron a surgir rumores de cancelación, que si por el clima, que si el cantante ni siquiera se encontraba en Morelia. Esto último resultó ser cierto, pues unos minutos más tarde, Maluma subió en sus redes sociales un video, en el que apenas venía volando en un jet privado hacia la ciudad.

En punto de las diez de la noche, después que llovió, relampagueó, después de pisotones, hambre y jaloneos, el público vio por fin al “guapísimo” artista cafetalero. Este cantó todos sus éxitos y el público bailó como nunca, claro está, con más comodidad en la zona numerada, donde se encontraban incluso las hijas (y sus guardaespaldas) del Gobernador de Michoacan.

Fueron estos mismos privilegiados y el staff de Maluma quienes registraron en foto y video el concierto, ya que los medios de comunicación tuvieron un tiempo limitado -menos de 1 minuto- para hacer registro, con la promesa de que más tarde se compartirían fotos y video para todos.

A la mitad del concierto y luego de un cambio de vestuario, Maluma, en su ya tradición, subió a una mujer al escenario. Esta vez se trató de Fernanda, una niña de seis años de edad que asistió al concierto con su familia, y Maluma ‘Baby’, con toda la decencia del mundo, solamente le pidió un abrazo, en lugar del apasionado beso que plantó a una chica en su anterior visita a la capital michoacana.

A diferencia del público, que parecía que se estaba divirtiendo bastante, el cantante colombiano se veía con flojera, sin ganas de cantar y mucho menos de dedicarle unos pasos de baile a sus fans, aunque eso si, tuvo al menos tres cambios de ropa, siendo el momento más álgido del concierto fue cuando subió al escenario a la pequeña niña.

Tras tres cambios de ropa, mucha lluvia, mucho sol, mucho baile, y los 13.5 millones que dice el secretario de Desarrollo Económico, costó dichas presentación según declaró a un medio local, terminó la emoción del concierto y morelianos y Maluma, salieron del recinto ferial, algunos felices, otros no tanto, pero aliviados al fin de que podrían descansar.

Al final, la estrella del reggaeton repartió besos y saludos, y uno de ellos nos tocó a nosotros! Y eso que aún no sabes por qué, tal vez de tanto changoonguearlo en los días previos a su presentación en tierras gaspacheras:

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