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#Crónica Lo Mundano Invadió La Solemnidad En La Procesión Del Silencio De Morelia

STAFF/ O.Melissa García @OmaidaMelissa

A final de cuentas, la vida cotidiana de una ciudad como Morelia no cesa, y sigue a la par de las festividades, pero no distingue solemnidades, como ocurrió este viernes con la edición 42 de la Procesión del Silencio, que debiera avanzar en un tono fúnebre, rememorando la muerte del hombre que dividió la historia de la humanidad en un Antes y un Después, y que en la capital michoacana se honra sobre su avenida principal.

Aprovechando que habría mucha gente, mucho turista y visitante, además de paseantes locales, en los alrededores de la avenida Madero los bares ofrecían la cerveza al dos por uno, mientras que 20 Cofradías compuestas por la Asociación Civil Tradiciones Michoacanas ofrendaban su andar en acompañamiento a la Virgen de la Soledad.

Luego de más de cuatro décadas en los que se ha representado el acompañamiento litúrgico en la antigua Valladolid, cada Viernes Santo la ciudad de la Cantera Rosa obscurece la calle principal iluminándola solo con velas.

Pero en esta ocasión la afluencia de los feligreses fue menor que el año pasado, los huecos espirituales se notaron en las aceras, la participación de los boys scouts no estuve presente, sin embargo la celebración se realizó en calma, sin mayores contratiempos.

Se noto que el juego de fútbol entre Monarcas Morelia y la Chivas Rayadas del Guadalajara  le compitió a la fe y se llevó a varios creyentes al estadio Morelos, pues incluso la Virgen de la Soledad lució más sola que en otros años.

Tal vez con conocimiento de causa ante la disminución del fervor religioso, a su llegada a la Catedral,  el Arzobispo Carlos Garfías, suplicó a la Mater Dolorosa, la máxima figura del duelo católico en esta Procesión fúnebre, la recipiente de las condolencias ante la muerte de su hijo en la cruz,  que les mostrará a su fieles la fatiga y el desconsuelo por el que su amado vástago había muerto, para con ello, rescatar la fe de los creyentes y convertir así a los incrédulos.

Muchos fueron los llamados a turistear la Procesión del Silencio, sin embargo pocos llegaron a abarrotar el Centro Histórico, la fe se ausentó esta noche de viernes Santo y se ofertó en la libertad de credo al dos por uno en las cervezas.

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