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Corrupción-Impunidad // By Camila Cienfuegos

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Por Camila Cienfuegos (Escribana de Occidente)

La Corrupción asomó la cabeza primero cuando el Estado parió. Enseguida llegó la hermana gemela que se llama Impunidad. Nacieron juntas; de hecho, son siamesas, son solidarias porque saben que una requiere a la otra. La corrupción no actuaría si su hermana impunidad no estuviera presta a apoyarla. Son un par de males que nos han perseguido a los mexicanos por décadas y eso nos caracteriza en lo local y lo internacional: México es un país corrupto.

¿Qué partido político se le viene a la mente cuando escucha la palabra corrupción? ¿El PRI? Obvio; pero si bien es cierto que el tricolor no inventó la corrupción, con él creció y se consolidó este estilo de vida. Se crearon hasta frases que engalanaron a la Corrupción: “el que no es tranza no a avanza”.

El PRI tuvo entre sus filas a ideólogos de la corrupción que también aportaron sus respectivas expresiones. Uno de ellos, César Garizurieta, mejor conocido como el Tlacuache. A él se debe la frase: “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”. Aun siendo buen amigo del entonces presidente Miguel Alemán, no aguantó estar fuera del presupuesto y se suicidó. Hay otra frase similar que se creó tiempo después: “amistad que no se refleja en la nómina no es amistad”, y también ésta que dice: “no te pido que me des, nomás ponme donde hay”.

¿Y quién no recuerda a Hank González, alias el profe? De él tenemos la frase “un político pobre es un pobre político”. Su dicho es un ejemplo que hasta la fecha muchos políticos se tomaron en serio para amasar fortunas groseras.

La corrupción en el PRI era de tal envergadura que cuando este partido dejó de tener la supremacía en gobiernos locales o de la República, se estampó otra frase que recordaba los tiempos de bonanza tricolor: “el PRI robaba pero salpicaba”, decían funcionarios, políticos y hasta burócratas. No era extraño que con el fin de cada trienio o sexenio, se aplicara otra frase: “este es el año de Hidalgo… ¡Chingue su madre el que deje algo!”, decían (o dicen) quienes administraban los dineros públicos como una forma de extraer todo tipo de recursos y beneficios antes de concluir sus respectivas administraciones.

Con la llegada del PAN al gobierno de la República en el año 2000 las cosas no cambiaron, o al menos no se notó el cambio. Antes más bien, a las hermanas Corrupción e Impunidad se les unió una prima llamada Simulación.

¿Por qué son pocos los casos en que se encarcela a políticos por corrupción? Porque la ley es blanda. El peculado, el cohecho, el desvío de recursos e incluso el enriquecimiento ilícito son delitos que apenas si alcanzan la categoría de crímenes. Se podría decir que se debaten entre la travesura y el delito. De ahí que no es raro conocer de funcionarios que desvían hasta cientos de millones de pesos, y basta con devolver una parte de lo sustraído para poder eludir la acción de la justicia. Es esta pues la chamba que hace de manera eficiente la hermana Impunidad. A lo mucho se puede inhabilitar a un funcionario por cinco o 10 años pero, si su crimen lo hizo en el gobierno municipal, ello no le impide agarrar otra chamba en el gobierno estatal o federal.

Actualmente, se han hecho esfuerzos en los tres órdenes de gobierno para contrarrestar este mal que, aunque suene redundante, es cultural.

Moche, mordida, diezmo, embute, chayote (en el argot periodístico), etc. y muchos etcéteras, no se pueden eliminar con un simple plumazo, con una nueva ley (por la falta de ejecución de otras leyes) o por decreto presidencial o gubernamental. Si no se ataja de manera contundente a la hermana Impunidad, el resto será trabajo de la prima Simulación.

Y es la prima Simulación la que parece ahora tener el control con el llamado Sistema Nacional Anticorrupción, y que por cierto, inició mal, sin fiscal y magistrados. La creación de este nuevo sistema causó controversia desde su origen. Recordó otras frases que se usaban antaño y a manera de extrañamiento cuando se pretendía sancionar la corrupción: “perro no come perro, entre gitanos no nos leemos la mano, entre bomberos no nos pisamos la manguera”, etc.

Y aunque el nuevo sistema solo parece ser una buena intención, desearía que fuera una especie de Ley de Herodes pero solo para los corruptos. Es solo que esa falta de acuerdos para nombrar fiscales, magistrados y representantes ciudadanos deja mucho que desear y hace sospechoso el asunto, pues son los políticos, vía congreso los que decidirán esos nombramientos, igual que como ocurre con los organismos que se dicen autónomos: Derechos Humanos, INE y de Transparencia. Un perro persiguiendo su cola pues.

Se habla de combatir la corrupción pero no de eliminar el fuero que, dicho sea de paso, jamás he visto que se use para evitar las represiones del Estado por el libre ejercicio de legislar, y sí para evitar la cárcel en casos de corrupción.

Se habla de combatir la corrupción pero no de modificar la ley para darle garras y dientes, y así sancionar de manera ejemplar a los corruptos sin que queden impunes.

Parece que casi todo está listo con el nuevo Sistema Anticorrupción. Quizá en lo que no se han puesto de acuerdo, es en quién cerrará la celda de la prisión.

 

¡Excelente viernes para todoooooooooooooos!

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