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Clandestino

Por Ann

¿Alguna vez han visto alguna imagen o leído algún reportaje en el que se ve cómo la “migra” trata y retacha a los paisanos quienes, con la esperanza de tener una vida digna, intentan cruzar al otro lado de la frontera norte hacia los estates quietos (EEUU)?. Son imágenes espantosas en las que la impotencia, la indignación, e incluso el odio se apoderan de nuestras mentes, ¿cómo es posible que los traten peor que trapos?

La cruda realidad es que el maltrato a los indocumentados no es exclusivo de los gringos,  en México es el pan nuestro de cada día. El camino es difícil, desolador y cruel ya que se enfrentan a toda clase de horrores.

Los indocumentados centroamericanos (mayoritariamente guatemaltecos) quienes también dejan atrás sus lugares de origen por un sueño, quienes también luchan por una vida mejor, son víctimas de maltratos y abusos por parte de las autoridades mexicanas y sicarios en la frontera sur de Chiapas.

Aproximadamente 140,000 centroamericanos, según cifras del gobierno, llegan a México de manera ilegal cada año con la esperanza de llegar a la frontera norte y cruzar a Estados Unidos. Lo cierto es que no se lleva un registro exacto.

Sus derechos humanos son prácticamente omitidos porque les hacen de todo. Hay tráfico de personas, explotación sexual y laboral, golpes, extorsiones, secuestros, entierros clandestinos, tráfico de órganos, les obligan a llevar drogas, etc. Para sus victimarios los inmigrantes no son personas, son mercancías.

Hace aproximadamente seis años, el padre Alejandro Solalinde, se aventó a recorrer el camino que lleva desde la frontera sur hasta los Estados Unidos y pudo vivir en carne propia los terrores de tan peligroso trayecto. A partir de ahí, decidió dedicar su vida a la defensa de los derechos de los inmigrantes.  Logró erigir para ellos el albergue “Hermanos en el camino” en el estado de Oaxaca, con ayuda de un grupo de voluntarios en el que se ofrece protección.

Pero no todo ha sido tan fácil, al contrario. El padre pisó la cárcel por denunciar un secuestro de  un grupo de guatemaltecos y ha sido objeto de constantes amenazas de la delincuencia organizada (zetas y maras principalmente), de secuestradores, corporaciones policíacas y funcionarios públicos.

No la tiene fácil, pero sigue luchando porque se formule y apruebe una nueva ley migratoria en nuestro país y considera que la base está en la educación. Ha recibido el apoyo de ONGs como Amnistía Internacional y en diciembre de 2010 se llevó a cabo una acción en la que 17,000 personas hicieron campaña para exigir que las amenazas cesaran.

Existe un documental que cuenta de forma dramática en voz de los centroamericanos la violencia experimentada en su paso por México y  la hipocresía del reclamo de un trato digno cuando nuestro territorio se encuentra bañado de sangre centroamericana; el director es el alemán Uli Stelzner , el documental es Asalto al sueño.

Les dejo el link con un avance:

 

Si desean conocer más acerca del albergue del padre Solalinde, vean esta información:

http://www.hermanosenelcamino.org/index.html

Ya basta de tener la venda en los ojos.

Aquí no hay más querid@s changoonguer@s, que seguir la ley de oro, la ética de la reciprocidad, es decir, tratar a los demás como les gustaría ser tratados.

¿Ustedes qué opinan?

Twitter: @ann_hiellow

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