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Ciudadanos Emergentes… Estrategias de la Pandemia

Debido a la pandemia por el nuevo coronavirus (SARS-Cov-2), se han empleado los conceptos de cuarentena y confinamiento

By: Arturo Ismael Ibarra

Debido a la pandemia por el nuevo coronavirus (SARS-Cov-2), se han empleado los conceptos de cuarentena y confinamiento, es necesario discutir brevemente la diferencia entre ambos términos, así como distinguirlos de aislamiento y distanciamiento social, con el propósito de contribuir a su correcto uso.

Respecto al concepto de cuarentena, hace referencia a la restricción, voluntaria u obligatoria, del desplazamiento de individuos que han estado expuestos a un potencial contagio y que posiblemente se encuentren infectados3. Durante este tiempo, las personas deben permanecer en un lugar determinado hasta que pase el periodo de incubación de la enfermedad, para lo cual se debe garantizar asistencia médica, soporte psicológico, refugio y alimentación.

El aislamiento se refiere a la separación física de las personas contagiadas de aquellas que están sanas. Esta medida resulta efectiva cuando se ha hecho una detección temprana de la enfermedad y se aísla a la persona infectada en un espacio específico, evitando el contacto con los demás.

El distanciamiento social consiste en alejarse de lugares concurridos y restringir la interacción entre las personas tomando cierta distancia física o evitando el contacto directo entre ellas. Esta medida se implementa cuando en una comunidad existen personas infectadas que, al no haber sido identificadas ni aisladas, pueden seguir transmitiendo la enfermedad.

Por ello, el distanciamiento social implica el cierre de lugares donde hay mayor concentración de personas como escuelas, centros comerciales, sitios para eventos sociales, oficinas, entre otros.

Por su parte, el confinamiento es una intervención que se aplica a nivel comunitario cuando las medidas mencionadas anteriormente han sido insuficientes para contener el contagio de una enfermedad.

Consiste en un estado donde se combinan estrategias para reducir las interacciones sociales como el distanciamiento social, el uso obligatorio de mascarillas, restricción de horarios de circulación, suspensión del transporte, cierre de fronteras, etcétera.

En conclusión, todos estos conceptos denotan medidas de contención para evitar la propagación de una enfermedad contagiosa.

Sin embargo, la cuarentena se aplica ante la sospecha de que una persona o un grupo de personas están infectadas, mientras que el aislamiento se da cuando se ha confirmado el contagio.

Por otro lado, el distanciamiento social significa separarse y mantener un espacio físico determinado entre individuos, en cambio, el confinamiento es un plan de intervención comunitario que implica permanecer refugiado el mayor tiempo posible, bajo nuevas normas socialmente restrictivas.

Convivir con el confinamiento supone adaptar el día a día a las nuevas circunstancias, lo que afecta directamente a diferentes aspectos emocionales, a la reestructuración y adaptación de nuevos espacios, a asimilar de manera repentina nuevas situaciones difíciles de gestionar, entre otras.

Los profesionales recomiendan una serie de consejos para poder gestionar esta situación de la mejor manera posible.

En cuanto a los pensamientos que provocan esta nueva situación y la información que genera, se aconseja:

  • Aceptar la situación para mantener un buen estado de ánimo y estar más tranquilo.
  • Recordar las razones del confinamiento.
  • Evitar el consumo excesivo de información. Evaluarla y contrastarla.
  • Evitar hablar de manera constante de la Covid-19.

Respecto a experimentar emociones que hasta el momento podían aparecer en situaciones puntuales como el miedo, la incertidumbre o la frustración, hay que aceptarlas como una respuesta normal a una situación anormal. En este sentido, es aconsejable dar apoyo a las personas cercanas del entorno y mantener un contacto regular.

El miedo es una de las emociones que más a flor de piel se manifiesta cuando se vive cualquier situación de crisis como la del Covid-19. Esta provoca que los comportamientos sean impulsivos en vez de racionales, por lo que es importante seguir una serie de recomendaciones tanto para intentar reconocer y aceptar las emociones como para establecer unas rutinas lo más parecidas a las habituales.

  • Evitar acumular productos de consumo por miedo a que no haya abastecimiento.
  • Seguir las medidas de seguridad establecidas.
  • Mantener hábitos saludables en cuanto a la higiene, alimentación, el ejercicio y sueño.
  • Intentar mantener el mayor número de rutinas básicas.
  • Realizar actividades agradables y relajantes que no requieran desplazarse.

El confinamiento ha obligado a muchas personas a tener que trabajar desde casa y destinar un espacio del hogar a ello. En la medida de lo posible los profesionales aconsejan:

Habilitar un espacio con las mejores condiciones posibles de luz, tranquilidad y, a poder ser, fuera del dormitorio.

  • Poner límites entre el trabajo y la vida personal.
  • Respetar los descansos.
  • Informar al entorno de la disponibilidad de contacto para evitar interrupciones constantes.

En el contexto de la Covid-19 se presenta la situación excepcional de no poder acompañar al familiar o a la persona cercana en los últimos momentos de su vida, de no poder despedirlo y de no poder estar al lado de las personas que necesitan apoyo en ese momento. Por ese motivo, se aconseja realizar actos sencillos que simbolicen la despedida. Por ejemplo, hacer un rito de despedida compartiendo con los seres queridos recuerdos, experiencias vividas, fotografías… a través de medios telemáticos. 

En el caso de necesitar ayuda para soportar la situación se recomienda:

  • Intentar utilizar recursos como técnicas de relajación.
  • Apoyarse en el entorno más cercano.
  • Y, en caso de ser necesario, consultar con un profesional de la salud mental.

Los menores son otro de los colectivos que han tenido que reorganizar sus rutinas diarias escolares, extraescolares y de ocio. Para ayudarles a convivir con el confinamiento se aconseja:

  • Estar atento y resolver las dudas de los menores y mantenerlos bien informados.
  • Escuchar y legitimar sus expresiones emocionales y su ritmo de adaptación a la situación.
  • Mantener normas y límites claros, explícitos y bien definidos.
  • Favorecer rutinas.
  • Compartir actividades tanto a nivel doméstico, académico como de ocio.
  • Hacerlos partícipes de las decisiones familiares en la medida de lo posible.
  • Explicar cómo será la situación familiar (trabajo y horarios) durante el confinamiento.
  • Ayudar a entender y a cumplir con las medidas de seguridad.
  • Permitir participar a los menores, si lo desean, en las actividades alternativas de despedida a familiares durante el confinamiento.
  • Hacer y permitir un uso racional de los dispositivos electrónicos.

Arturo Ismael Ibarra Dávalos. Licenciado en Derecho por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). Catedrático de la misma. Preside la asociación civil Bien Común Michoacán, Abogado de Laborissmo, “Por la Mejora en el Ámbito del Trabajo”. Secretario General del Foro Política y Sociedad.  Maestrante de la Maestría en Ciencias, con Especialidad en Políticas Públicas del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Empresarial (INIDEM)

Correo electrónico de contacto arturoismaelibarradavalos@hotmail.com

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