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CinemaDude… The Craft: Legacy

By: Héctor García Ramírez

Directora: Zoe Lister-Jones

Actúan: Cailee Spaeny, Lovie Simone, Gideon Adlon, Zoey Luna, Michelle Monaghan, Nicholas Galitzine y David Duchovny

Año de lanzamiento: 2020

Se puede ver en cines con las medidas de seguridad necesarias

The craft, clásico de culto de horror sobrenatural de 1996, narraba la historia de Sarah, la chica nueva de la escuela preparatoria que se une a un grupo de brujas adolescentes. Los problemas surgen cuando las chicas comienzan a utilizar su poder para fines egoístas, de ahí surgen los conflictos internos que lleva a un enfrentamiento entre estas hechiceras.

En The craft: Legacy, es la secuela de esta historia. Su planteamiento es similar: Lily -Cailee Spaeny actúa muy bien- es una adolescente que llega a un pueblo con su madre a vivir con el novio de ésta y sus tres hijos varones. La chica, sin saberlo, es una poderosa hechicera. En la escuela preparatoria conoce a tres jóvenes brujas que le ayudarán a descubrir su potencial.

Sin embargo, la secuela se aleja del horror y busca actualizar esta historia para un público más joven, aborda temas como la sororidad, la masculinidad tóxica y la transexualidad. Pese a las posibilidades que esto podría representar, lo cierto es que la película no termina por cuajar ni convencer.

Si en la película anterior el conflicto surgió al interior del aquelarre, en esta nueva adaptación las cosas son distintas. En la secuela, el vínculo que surge entre las brujas es bastante fuerte, lo que se ve reforzado en pantalla con la química inmejorable que existe entre las protagonistas. El enemigo, por el contrario, viene del exterior.

El padrastro de Lily, interpretado por un David Duchovny que se esmera muy poco y carece de expresividad, es una suerte escritor de libros de autoayuda para hombres que recorre el país dando conferencias acerca de la masculinidad, pero que además es el líder de una secta pagana compuesta solo por varones. El conflicto vendrá, el señor quiere hacerse del poder de Lily, a quien identifica como una poderosa bruja.

Las brujas como símbolo de resistencia al poder patriarcal es un gran recurso. Lamentablemente, en este caso, no es suficiente para sostener la historia. Cuando empieza el segundo acto, la trama se empantana, el último acto resulta apresurado y la confrontación final bastante genérica. La película se hubiera beneficiado de una duración mayor -apenas rebasa la hora y media- o del formato de miniserie. No obstante, las ideas son suficientemente interesantes para mantenerte entretenido, así que vale la pena echarle un vistazo.

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