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Bayern le receta aspirinas al Real Madrid y lo manda a casa

El Real Madrid pagó muy caro el cansancio acumulado durante las últimas semanas en las que cada partido era prácticamente una final. Las escasas, por no decir nulas, rotaciones de Mourinho han condenado a un Madrid que sucumbió en la tanda de penaltis ante un Bayer de Munich mucho más físico.

En algún momento la gasolina se tenía que acabar. Es difícil que un equipo dispute tres competiciones si sólo cuenta regularmente con trece o catorce jugadores. Eso es lo que le ha pasado a un Real Madrid que jugó casi todo el partido de vuelta de las semifinales de Champions League ante el Bayern de Munich con la lengua fuera.

En los últimos partidos ya aparecían síntomas de fatiga en los jugadores blancos. De hecho, a los blancos les costaba cada vez más dominar los encuentros y anotar goles. Pese a todo, los buenos resultados hacían que apenas se hablara del cansancio de los jugadores blancos.

Sin embargo, las últimas semanas han sido extremadamente agotadoras para los blancos. Los partidos del Allianz Arena y del Camp Nou han acabado con la reserva de energías de los madridistas.

El buen inicio, la clave para sobrevivir

El inicio fulgurante de los blancos ante un Bayern dormido fue la clave para remontar la eliminatoria. Después de que Cristiano Ronaldo anotara dos goles en apenas un cuarto de hora, los alemanes despertaron y no se conformaron con el intercambio de golpes de los primeros minutos.

Con el Bayern dominando el balón, el Madrid se partió en dos. Por un lado Benzemá, Ronaldo y Özil apenas bajaban al medio del campo para defender, y por otro, el resto de jugadores muy retrasados. Los más perjudicados en esta rotura, los mediocampistas. Khedira y Xabi Alonso se vieron solos ante los tres o cuatro jugadores que acumulaban los alemanes en el medio. Su esfuerzo físico fue superlativo, aunque fueron Pepe, Ramos e Iker los que salvaron al Madrid.

Según pasaba el tiempo, las caras de los blancos iban reflejando el agotamiento. Sin embargo, Mourinho, viendo cada vez más cerca la prórroga, apenas realizó un único cambio. Entró Kaká por Di María. El brasileño poco o nada nuevo aportó a un Madrid desfondado.

Al Bayern también le llega la fatiga

Con la llegada del tiempo extra, el Bayern también notó el esfuerzo y bajó el ritmo. Ribéry fue el claro ejemplo de ello. El extremo francés apenas duró cinco minutos desde que el árbitro piró el inicio de la prórroga. Sin Ribéry en el campo y con Robben agotado, el Bayern, igual que el Madrid, apenas inquietó al rival.

Al final fue la tanda de penaltis la que decidió que el Bayern llegara a la final. La pregunta que queda ahora en el aire es: ¿si el Madrid hubiera llegado más fresco a estas alturas de temporada hubiera podido pasar a la final?

Fuente: lainformación.com

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