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Fausto, Loret y la licuadora // By @edi_changoonga

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Por Edi, la Editorial

La relación entre el exgobernador Fausto Vallejo Figueroa y el periodista televiso, Carlos Loret de Mola, tiene rato que dejó de ser una cuestión de periodismo-política y se tornó en pleito personal. Este jueves en la mañana, el conductor matutino de noticias reveló un documento que da cuenta de la discrecionalidad con la que la entonces secretaria de Finanzas, Marcela Figueroa, podía hacer para realizar transferencias millonarias de dinero público entre bancos. Pero el detalle es que dicho documento va firmado por el exgobernador Fausto Vallejo que, literalmente le da el aval a la exfuncionaria “a fin de prevenir un trastorno social”.

No es primera ocasión que a Fausto se le cuestiona el uso discrecional de los recursos públicos que, incluso, ya venían etiquetados para una cosa y terminaron sirviendo para otra (la muy mentada licuadora). Si bien el documento que revela el periodista Loret de Mola da cuenta de la autorización de Fausto para realizar transferencias millonarias, tampoco especifica el destino de los mismos: “Se le concede autorización para realizar las transferencias, entre cuentas bancarias cuando las necesidades del Estado lo ameriten”.

Fausto a su vez ha dicho que Carlos Loret es un extorsionador, pues en algún momento, durante su administración gubernamental, también reveló que el periodista le pedía jugoso moche a manera de chayote. La negativa del entonces gobernador hizo que Loret convirtiera a Vallejo en constante y sistemático blanco de ataques y acusaciones.

Finalmente, la última de estas acusaciones del periodista de televisión que reitera en su columna de hoy jueves en El Universal, refiere que quien podría salir más raspada, es la propia Marcela Figueroa, pues a decir de Loret, cuenta en su haber con 12 procedimientos administrativos por la realización de transferencias irregulares de más de tres mil 300 millones de pesos. Marcela correría el riesgo de quedar inhabilitada un año. Nótese que la inhabilitación suena como la condena más grande que un funcionario puede sufrir, pero queda lejos de pisar la cárcel.

Y como Fausto no pisará la cárcel por las revelaciones de Carlos Loret y, a su vez, el periodista no será despedido de la chamba ni encarcelado por difamación, esta historia continuará…

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