STAFF / @michangoonga
Todos los principios democráticos que caracterizan a un buen gobierno en cualquier parte del mundo, es el vínculo de las autoridades con la noción de responsabilidad para con los ciudadanos, y ante ellos; en este caso, la legitimidad emana de la aceptación y la participación de los ciudadanos en el gobierno, el cual se preocupa por su bienestar.
Para alcanzar estos estadios, es necesario que una administración posea la suficiente fuerza y estabilidad para garantizar la gobernabilidad, la paz social, el desarrollo económico, y el buen funcionamiento de las instituciones.
Sin embargo, todos estos elementos jamás se han alcanzado en la actual administración estatal del PRI. Los resultados son muestra de inestabilidad, ineficiencia, ausencia de proyecto de gobierno y debilidad institucional: en el próximo mes de febrero este gobierno cumplirá tres años y en todo este tiempo han desfilado por la administración 3 gobernadores, cinco secretarios de Gobierno, cinco secretarios de Seguridad, cinco secretarios de Finanzas, cuatro secretarios de Desarrollo Económico, Tres Procuradores de Justicia, cuatro Contralores del estado, y hasta tres voceros del Gobierno.
En tres años, se han dado más de 50 relevos de funcionarios en la administración estatal. Las renuncias más significativas han sido en las figuras del gobernador, secretario de Gobierno, secretario de Finanzas, secretario de Seguridad Pública, contralor, y procurador General de Justicia del Estado.
Por si esto no fuera poco, en estos días comenzó la desbandada del gobierno de Salvador Jara de funcionarios de primer nivel. Todos ellos renuncian buscando puestos de poder, a pesar de haber demostrado una abierta ineficiencia a la hora de ejercer el poder: tal es el caso del ex secretario de Gobierno, Jaime Darío Oseguera, quien busca la alcaldía de Morelia; lo mismo ocurre con la secretaria de Política Social, Yarabí Ávila González, quien es precandidata al distrito 10 de Morelia por el PRI; en esa lógica se encuentra la ex secretaria de las Mujeres, Samantha Flores Adame, que es precandidata priísta por el distrito de Pátzcuaro; algunos no han renunciado como Tadeo Valdez, subsecretario de Enlace Legislativo y Job Meneses, director de Relación con Organizaciones, ambos cobran en la Secretaría de Gobierno pero forman parte del equipo de campaña de Jaime Darío Oseguera. Todos ellos no tienen siquiera un año al frente de sus actuales puestos.
Entre las artimañas típicas del PRI hay que señalar la utilización del autobús oficial del ayuntamiento de Jungapeo por parte del edil de Ciudad Hidalgo, Salvador Peña, para el acarreo de decenas de priístas a fin de registrarse.
Queda en evidencia que a los funcionarios priístas nada les importan las necesidades de los michoacanos y sólo les interesa cumplir con aquella frase que les enseñan en su escuela de cuadros, es que dice que “vivir fuera del erario, es vivir en el error”.
