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Reforma educativa ¿para bien?

Por Luis Bracamontes

 

Genio...
Genio…

Vaya, vaya…yo recién salí de la primaria y miren que en buen momento, puesto que a nuestros queridos gobernantes se les hizo buena idea ponerse de acuerdo y aceptar una buenísima (léase en tono sarcástico) reforma educativa que entra en vigor este ciclo escolar.

 

Lo bueno se centra, entre otras cosas, en la nueva peculiar forma de calificar. Por ejemplo, preescolar y los tres primeros grados de primaria se pasan simplemente por haberlos cursado (¡cuánta motivación!).

 

De cuarto al sexto de primaria, el alumno aprueba el año si alcanza un promedio general mínimo de 6, aunque haya reprobado un máximo de dos materias (A eso se le llaman estándares de primer mundo).

 

Y no sólo eso… hablando de primer mundo, ¿recuerdan cuando solían calificarnos del 1 al 10)? Pues ahora se adoptará la calificación por letritas del modelo gringo en su versión de fayuca mexicana en el que A equivale a 10, B a 9-8, C a 7-6 y D a 5.

 

Pero ¡oh, bella educación! Se les invita a los profesores a no reprobar a ningún estudiante o incluso consultar a los padres si consideran prudente reprobarlo.  También queda prohibido completamente reprobar chicuelos en sexto y primero y tercero de secundaria con posibilidad de que se extienda a preparatorias esta imposibilidad.

 

Sin duda, esta reforma busca hacer cambios de raíz en la educación y actuar fervientemente en ese proceso formativo, obvio 100% funcional y para nada mediocre, que es nuestra bella educación junto con el siempre acomedido SNTE.

 

Estas nuevas modificaciones EVIDENTEMENTE motivarán a los pequeños a echarle más ganas a la escuela aunque si no hacen nada, recibirán prácticamente los mismos resultados. Vamos por un maravilloso camino, bellosuras* y si todos sintonizamos La Voz México nos constará que las prioridades de este país van por el camino adecuado.

Twitter: @LAHBdotcom

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