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El pasado jueves se dio a conocer la noticia del ataque que sufrió Fernando Raciel, un pequeño de 9 años originario de San Pedro Pochutla, Oaxaca, quien fue brutalmente agredido por tres perros de raza Pítbull, los cuales pertenecían a un extranjero que radica en dicho municipio.
El niño sufrió graves heridas que lo llevaron a perder sus dos orejas, así como un parpado. Debido a la gravedad de sus lesiones y a lo crítica de su condición médica, Fernando fue trasladado con un helicóptero estatal a la Ciudad de México para recibir la adecuada asistencia clínica.
En primera instancia, se rumoraba que el dueño de los animales, conocido como “sr Pool” se había dado a la fuga, versión que ha sido desmentida, pues se ha confirmado que el hombre ha dado acompañamiento a los familiares y se han llevado a cabo las diligencias correspondientes para el reparamiento de los daños, además, el joven extranjero decidió sacrificar a sus mascotas.
Por tanto, la Fiscalía General del Estado de Oaxaca comenzó con las investigaciones para el esclarecimiento de los hechos, y las autoridades municipales anunciaron una controversial política pública, la cual consiste en “dormir” a los animales agresivos que representen un riesgo para la sociedad civil.
Luego de que desde agosto del año pasado hasta ahora se hayan registrado al menos cuatro casos de ataques a personas por parte de perros, el Consejero Jurídico del Ayuntamiento de San Pedro Pochutla, José Castro, explicó que se tiene la iniciativa que plantea el sacrificio de mascotas agresivas, sin estigmatizar a ninguna raza en particular.
“Tenemos un reglamento de mascotas y de perros en situación de calle que vamos a aplicar derivado del ataque que hubo a un menor de edad, el cual está siendo atendido en la CDMX y que tuvo a bien el estado prestar el helicóptero para su traslado (…) Vamos a aplicar un programa para hacer responsables a todos aquellos dueños de perros que tengan características de ser agresivos para que tengan un control y cuidado educacional respeto de sus mascotas«
En ese sentido, explicó que, en caso de recibir un reporte de perros violentos, las autoridades deberán acudir al domicilio a determinar si, en efecto, los animales representan un riesgo, por lo que se pedirá a los dueños darles una adecuada re educación y tome las medidas necesarias, de no ser así, se decomisará al perro durante 72 horas, en las que el propietario deberá responsabilizarse y comprometerse a mejorar las condiciones del animal.
En caso del incumplimiento de estas medidas, el ayuntamiento trabajará en coordinación con asociaciones animalistas para determinar si el animal puede ser reingresado a un entorno social o si debería ser sacrificado.
