Olimpiadas ¿o ensuciadas?

Por Tony Bradshaw

¿Alguna vez les ha pasado una de esas ocasiones en que algo o es un éxito rotundo o un fracaso rotundo? Sí adivinaron, hablo del vestuario de la delegación de México en la inauguración de las Olimpiadas Londres 2012 el pasado viernes, ahora hazme un favor, inhala profundo y, “dame una “C”… Dame una “L”, una “I”, otra “C”, una “H” y una “É”, ¡¿cómo dice?!”

Parece que los mexicanos nos estamos quedando sin ideas, ahora sí que la crisis agarra parejo, ya que los atuendos del reconocido modista mexicano Armando Mafud, que portaron los atletas mexicanos dejaron mucho que desear.

En una entrevista el diseñador los define así: «Busqué encontrar lo más representativo de la cultura popular y encarnarla en unos trajes modernos y cómodos de llevar», también nos dice que «me inspiré en las artesanías de Chiapas y Oaxaca, en la talavera de Puebla, en los jorongos, en el petatillo de las bolsas que representé con listones, en todo lo que encuentras en un mercado».

Ok, entiendo el concepto, lo que me deja mal sabor es que tal vez no haya sido tan buena idea inspirarse en los mercados de una manera tan obvia con prendas tan predecibles, para un evento internacional y cíclico como este, una de las demostraciones más grandes de disciplina y belleza física que hay en el mundo; además de que hay una gran falta de originalidad nos quedamos cortos en innovación y distinción.

A veces pareciera que algunos artistas visuales, como el señor Mafud, no comprenden el verdadero significado de un reto tan grande como este, un desafío por donde lo veamos, que distingue a los profesionales de los genios.

Si bien los trajes debían ser tradicionales, el concepto “tradicional” no involucra para nada “aburrido”, mucho menos “rebuscado”, sino más bien la representación de la esencia de un pueblo, que no está peleado con una creación auténtica y un punto de vista diferente, original, nuevo, moderno como él dice.

En resumen, lo que vimos me dio la impresión de algo así como unas sabanas de a 3 por $10 de tepito adornaditas con punto de cruz, también de 3 por $10, detalladas con bajo sentido del estilo y trabajadas con mucha falta de tiempo (a la chingadera pues).

Mi conclusión es que para destacar ante el mundo y tal vez construir una imagen diferente de la que existe sobre el mexicano (ya sabes, el del nopal con sombrero charro) esta ocasión nos quedamos parvos, y aunque Armando Mafud dice: «he cumplido y estoy orgulloso de que mi nombre esté junto a los grandes, como Armani y Stella McCartney”; perdón pero estar entre los grandes no es tener un contrato por evento.

Tony says: Cuando no quieras aceptar un error, ¡culpa a los cómics y la tv!, ahora resulta que historias ficticias y producciones cinematográficas tienen mucha responsabilidad con la matanza de la premiere de “The Dark Knight rises” en Colorado, ¡claro, como nos obligan a verlas!

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