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Oferta de la televisión abierta/ By @Oswaldisimo

Por: Oswaldo Calderón

Actor de la vida, intérprete de mis sueños, drag queen por terquedad, escritor sin fama, ensayista sin futuro, cuentista a ratos, poeta fracasado, pero principalmente buen hijo, mejor amigo y con fecha de caducidad. Mi espacio personal: http://vampirujeando.blogspot.mx/ , Espacio literario dedicado a la diégesis de la vida y la narrativa vital de cada individuo; la poética urbana y sus personajes citadinos formaran parte de la dramaturgia coloquial; al final las historias metropolitanas serán las protagonistas del cuento de nunca acabar.
Actor de la vida, intérprete de mis sueños, drag queen por terquedad, escritor sin fama, ensayista sin futuro, cuentista a ratos, poeta fracasado, pero principalmente buen hijo, mejor amigo y con fecha de caducidad. Mi espacio personal: http://vampirujeando.blogspot.mx/ , Espacio literario dedicado a la diégesis de la vida y la narrativa vital de cada individuo; la poética urbana y sus personajes citadinos formaran parte de la dramaturgia coloquial; al final las historias metropolitanas serán las protagonistas del cuento de nunca acabar.

¿Ha notado usted qué de algún tiempo para acá nada bueno hay en la televisión? Digamos de algunas décadas para acá, nada bueno y mucho de malo; pese a la tecnología y la época moderna, los contenidos siguen siendo los mismos, las mismas fórmulas repetidas hasta el cansancio. De algunos años para acá, acá entre nos, no acostumbro ver televisión abierta (y en la de paga tampoco he tenido ninguna epifanía); no hay un motivo real, pero sí argumentos para dejar de ver la “caja con monitos”; y es que los tiempos cambian y nosotros –algunos- con ellos, los intereses son otros y menos frívolos, así que en muchos sentidos, la televisión dejó de ser un referente en mi vida. (A Dior gracias)

Veamos por canales y de forma muy general:

Canal 2. Tache, Nada bueno, ni un solo programa se salva.

Canal 4. Tache. El canal de “Foro TV” y el más decepcionante por sus pretensiones.

Canal 5. Tache, tache, tache.

Canal 7. Tache. Simplemente horrible.

Canal 9. Tache y como para un suicidio colectivo.

Canal 11. Casi todos los programas buenos, bueno, no todos.

Canal 13. Tache y tache.

Canal 22. Casi todos los programas buenos, casi.

Canal 28. Tache y por ahí alguno interesante.

Canal 34. Uno o dos programas buenos y los demás de rancho.

Canal 40. A lo mejor se salvan dos programas, los otros #Fail

Por supuesto que es sólo mi muy particular punto de vista y eso debe dejar mucho que desear, pues casi nunca tengo la razón y tampoco me preocupa no tenerla; en éste mundo de locos andar cuerdo es una ligereza que no me permito. Así que ahora vamos con las particularidades:

-Todas las mañanas en casi todos los canales hay programas para aquellas señoras, virtuosos de la almohada y ninis profesionales que gustan de nada y nada es mucho que decir: programas con musicales, secciones de cocina, chismes y los consabidos y atinados horóscopos. De todos esos programas entre “Galileas” y “Bigorras” no se hace uno. La falta de contenido o el contenido mal contenido produce esa sensación mañanera de asquito, como el “asquito” panista del ex-gobernador de Jalisco.

-Noticiarios: Salvo los del canal 11 o el 22, todos los demás son tan chafas como una muñeca “Britani” del centro histórico. Sería una necedad ver–escuchar al pendejo de Loret y la vende cremas de Adela, mucho menos la demencia senil de Doriga o cualquiera de los vendidos y meretrices del sistema Televisa; por otro lado, los noticiarios de Azteca son tendenciosos, informar con la desinformación en las dos televisoras y soportar la enorme falta de cultura de los buenos chicos de Azteca, simplemente producen más escozor que una manada de ladillas entre los pliegues de las verijas.

-Telenovelas: hay de todas y en todos los más horribles formatos y culturas y en casi todos los canales (hasta los más culturales no se salvan). Desde la clásica mexicana que fruta vendía hasta las japonesas y las árabes o de TeleMundo. Televisa y Azteca sienten especial y pletórico orgullo por sus pendejas telenovelas con un sinfín de malos actores –los buenos- y malísimos actores –los extranjeros-.

-Los programas unitarios se dividen en dos: los de origen divino y los paganos de comedia. Pretender que sólo la intervención divina puede solucionar los problemas en lugar de enfrentarlos con soluciones reales en nuestra tan orgullosa sociedad democrática y laica, es una desgracia y no ajena, sino propia; entre los vientos de las rosas guadalupanas, los santitos de alcancía y creer que la vida es una canción; es más fácil creer que vamos con una torta de huevo bajo el brazo, bailando en una caja de coca cola y que la vida es un danzón. De los programas de comedia y sus repeticiones que van desde “el chavo del ocho”, “la hora pico”, los peluches y demás, nada se puede decir salvo que el nivel de comedia en México es para llorar como plañidera y tal vez sería mejor ponerse como Carrie, o mínimo como su madre.

-Otros unitarios tienen que ver con aquellos programas que se producen con una búsqueda nada exhaustiva de vídeos o la compra de los mismos y que bajan de la red para después ser explicados, tratados con malos libretos y comediantes o simplemente mostrarlos como si fueran la panacea de los idiotas, y Azteca es la número uno en estos formatos libres de culpa que se exorcizan con tres padres nuestros. De todos estos programuchos los peores son “Al extremo” y “Ay caramba”: del primero me produce esa clase de misoginia que andaba aletargada, y es que las conductoras y conductor simplemente son los más pendejos entre los pendejos; y del otro programa dan ganas de tragar cicuta y evitar la pena de morir entre malos chistes.

-Todos los programas de concursos y cantos y demás preciosas ridículas, son copias – y muy malas- de programas americanos y españoles. Cuando el hámster no camina hay que darle de comer semillas de girasol para ver que pasa. La mala calidad de estos programas es tan vergonzosa que si no fuera por los premios, el mejor premio sería un black out y a dormir la mona.

-Las películas se cuecen a parte y con una duración del doble entre comerciales y más comerciales donde la repetición de los comerciales justo en el momento más inoportuno del comercial, cuando el nudo dramático, del comercial, editan esa parte que ya conoce, otro comercial, de esa película que ya vio, comercial, setenta veces, comercial, y viene el, comercial, ahora sí el , comercial, y después el final.

-De los comentaristas de deportes los hay un poco de todo, pero los peores son los de Azteca, malos comediantes, todos ellos más nacionales que el chocolate pero con unas ínfulas de polleros que dan vergüenza; hartan el oído y dan vértigo.

-Por último las “Lauras y Rocíos”, entre lágrimas y el cáncer siempre es bueno comprar unos sartenes de esos que nada se les pegan y entre el lloriqueo y el “desgraciado”, las fajas para adelgazar son una maravilla de tecnología; porque lo importante es encontrar a esa persona perdida, pero siempre y cuando los aparatos para hacer ejercicios vengan con el desparecido, y así hasta el infinito de éstas éticas, profesionales y serias “periodistas”.

Claro que también hay programas buenos, pero esos usted ya los conoce por que apelo a su buen sentido común, mejor gusto y envidiable madurez. En fin, eso del “apagón tecnológico” y obligatoriedad a ver televisión en HD, a mí, sinceramente me vale madres; ¿porqué habría de querer ver los mismos pinches contenidos en tercera dimensión o en imagen digital? Prefiero rascarme el zorro entre semana, días de fiesta patronal, nacional y los puentes de la SEP.

Como siempre espero sus comentarios para bien o para mal: para bien se apunta usted un gol a su favor y para mal, también.

Pd 1: Si encuentra usted alguna errata, que la RAE se lo pague con una bolsa de acentos envinados.

Pd 2: De los programas de chismes y aquellos frustrados que viven de la vida de otras personas, haciendo chisme o viviendo del mismo, mi más profundo desprecio.

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