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Entre Lágrimas Y Sollozos Padre De Autodefensa Implora Liberación De Su Hijo

STAFF/ Matilda Martínez

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Entre sollozos, un adulto mayor, padre de uno de los autodefensas detenidos, imploró al gobierno del Estado, que revise cada uno de los casos y permita la liberación de aquellos que no cometieron algún delito.  

Don Rodimiro Velázquez Villa, de 80 de edad, dijo sentirse culpable de la detención de su hijo, debido a que le había aconsejado “agarrar esa chambita” como autodefensa, para poder contar con un salario más digno.

Su hijo César de 35 años de edad, padre de tres hijos y dedicado a la albañilería, recibía un salario de tres mil pesosautodefensa-papa-2 mensuales, pero fue invitado a participar a los grupos de autodefensa, con la promesa de que ganaría 6 mil pesos y llamó a su padre para pedir su recomendación.

“Me llamó por teléfono y me dijo apá me invitan a una chambilla, me pagan 3 mil pesos, y aquí me pagan mil 500 pesos quincenales en la construcción de la carretera, yo le contesté que sí era por su bien, lo hiciera y le dije adelante mijo, fíjate bien, para que no te quedes sin trabajo, no te metas en problemas y entonces decidió arriesgarse”, señaló.

La suerte no estuvo del lado de César y de su padre Rodimiro y a los tres días de participar en los grupos de autodefensa, ordenaron su detención y sin haber cobrado ni una quincena, tiene dos años en prisión.

“Yo no defiendo el caso de los otros, defiendo el caso de mi hijo, quiero que mi hijo salga a la calle y que trabaje, que mantenga su familia, sí los muchachos detenidos hicieron algo malo que la paguen y si no lo hicieron que la paguen, pero que revisen los casos, porque mi hijo es inocente”, señaló.

Don Rodimiro reconoció que a su avanzada edad, descubrió “toda la maldad del gobierno” y añadió que nunca le importó “comer frijoles” mientras se sentará con la familia, pero ahora “la pobreza se ha convertido en nuestra principal enemiga, que gobierno tan injusto”, lloró.  

Con unos tenis blancos desgastados, pantalón de vestir caqui, una camisa blanca y una bolsa de plástico repleta de los papeles del caso de su hijo, pidió a todos los “medios de comunicación y licenciados buena gente” voltear a ver este tipo de situaciones y no olvidarlas para que ayuden “a los jodidos”.

“Ando aquí metido en todo esto de los tribunales, por mi hijo, por él, por él, por él y por nadie más”, lamentó.

Pidió al gobierno “no ser ingrato” y no tener encerrados a los hombres que no cometieron delito alguno y permitir su liberación inmediata.

Comparó las injusticias que ha visto en los penales, ya que al llegar a visitar a su hijo César le revisan “hasta los calzones”, pero ironizó: “no sé pa que, señorita, sí la droga ya está adentro, a lo mejor no quieren que otros les hagan la competencia”.

“Lo único que espero es no morirme, antes de ver en libertad a mi hijo, no me quiero ir así, con tanto pendiente, es mi último deseo y confío en Dios, que ojalá y toque el corazón de esa gente importante y poderosa, que les quite tanta cerrazón y maldad y por una vez en su vida, hagan algo por los jodidos”, concluyó llorando don Rodimiro, mientras apretaba fuertemente la credencial de autodefensa de su hijo y la bolsa de plástico con los papeles jurídicos.

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