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Legislatura charlatana // By Camila Cienfuegos

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Por Camila Cienfuegos (Incuantificable)

Siempre me he pronunciado porque en los parlamentos, la labor legislativa se califique cualitativa y no cuantitativamente. Los mismos medios de comunicación luego comenten el pecado de convertirse en cajas de resonancias de los legisladores y suelen codificar una pregunta que resulta ser clásicamente absurda: “¿y usté cuántas iniciativas ha presentado?” Y es ahí donde los diputados sueltan la también clásica y repetitiva candela de su mejor charlatanería: pronunciamientos, iniciativas, modificaciones, exhortos, gestiones, atención al público y mil cosas más que engordan de manera artificial sus informes legislativos, los cuales, si son revisados minuciosamente y bajo la estricta metodología cualitativa, resultan ser poco más que una tomadura de pelo y poco menos que una mentada de madre para la inteligencia promedio.

El actual parlamento no es ajeno a este tipo de deslices, donde el populismo legislativo predomina por encima del razonamiento…ya no digamos científico, sino del sentido común. Una prueba de esta falta de razonamiento la tenemos con el combate a la obesidad, en la que la actual legislatura federal considera que es mejor aumentar impuestos a las empresas refresqueras que establecer una campaña de conciencia y vida saludable. Es decir, su lógica estriba en que es mejor combatir la consecuencia que la causa, lastimar al consumidor que establecer una respuesta real; dañar al empresario en lugar de mejorar los sistemas de medicina preventiva.

RESCATAR TIENDITAS JODIENDO A LOS DEMÁS

Más en lo local, tenemos algunos ejemplos: en el afán de apoyar a las “tienditas de esquina”, la diputada del PRI, Xóchitl Ruiz, propone dificultar la instalación de tiendas de conveniencia, más conocidas como OXXO, Seven, Súper City, etc. Establece la ridícula propuesta de que ninguna tienda de estas cadenas se pueda instalar a por lo menos medio kilómetro de donde ya se encuentre una tiendita de abarrotes (lo de medio kilómetro es cierto).

Sin duda, el pupulismo y la pereza mental llevan a la legisladora tricolor a omitir que México es otro, que hay nueva competencia, que las tienditas de esquina deben empezar a ofrecer algo que no ofrecen las grandes cadenas (tortas, tacos, pan del día, artículos de papelería y hasta ferretería). Se le olvida a la legisladora que la competencia implica innovación. Por cierto, conozco tienditas de esquina (no tan pequeñas) que las grandes cadenas en derredor no les hacen ni cosquillas.

OLLITAS DE BARRO

Daniel Moncada es un chico que al rendir protesta como legislador del partido Movimiento Ciudadano, acaparó de manera espectacular los reflectores al anunciar que renunciaría a todos los privilegios que (malamente) tienen los diputados, claro, menos a su jugoso sueldo. Tampoco especificó cuáles serían esos “privilegios”.

El chiste es que Moncada actualmente se encuentra inmiscuido en un una fuerte confrontación con algunos miembros de los medios de comunicación que cuestionaron su iniciativa “Ley del Sistema Estatal de Austeridad y Ahorro para el Estado de Michoacán”, la cual presenta muchas similitudes con otra propuesta legislativa. Con su clásico discurso incendiario, el chico de MC se indignó y lanzó una larga carta aclaratoria a los medios que publicaron el presunto plagio. Resulta innegable el derecho que el legislador tiene para ejercer una precisión, pero también las similitudes textuales que hay con otra iniciativa federal y la suya.

Moncada no solo demuestra que es sentidito como olla de barro, también se asemeja a esos líderes que llaman “ídolos de bronce…con tobillos de barro”. Debería tomar la experiencia del propio gobernador Silvano: los discursos fenecen, luego hay que actuar. “No solo de pan vive el hombre”, tampoco de discursos.

Otro que resultó sentidito es el legislador del PRI, pero prestado al Verde, Ernesto Núñez, quien no solo salió mal librado de un escándalo de corrupción, sino que ahora pretende una disculpa pública de la promotora cultural que le evidenció la trácala. Quizá pretende ganar un poco de legitimación para presentar iniciativas más inteligentes o de mayor peso que las expuestas recientemente, como pedir que los “exhortos” legislativos ya no sean exhortos, sino exigencias que se cumplan pues. O sea, que el Legislativo sea un Ejecutivo. Pero sin duda, la más apantalladora y que sin duda traerá más democracia, tolerancia, participación ciudadana y libertad (sarcasmo), es que haya propuesto (y se haya aceptado) que se declare el “Día contra la exclusión” ¡Wooooooow!

Algo parecido hay con Carlos Quintana del PAN, que pide equilibrar poderes, o sea, que se considere aprobado por el Poder Ejecutivo todo proyecto no devuelto con observaciones en los próximos 10 días naturales; algo así como una afirmativa ficta. Ha de pensar el panista que 40 diputados no pueden estar equivocados nunca jamás a la hora de establecer alguna iniciativa, o que por ser 40 no tienen errores…ni de ortografía.

Es así que el trabajo legislativo pierde calidad y se convierte en un cúmulo de buenas intenciones, de esas que se oyen bien pero funcionan mal, como la llamada Ley de Marchas y Plantones, que cuando oí de ella pensé que era una vacilada. O sea… ¿se imaginan a la CNTE, SNTE, CUL, normalistas, antorchistas, Nación Purépecha y muchos etcéteras sometiéndose a semejante ley? Pues yo todavía me río de ella.

Me parece que más de alguno se ha de sentir orgulloso de pertenecer a la “Ele; equis, equis; palito, palito, palito Legislatura”.

¡¡¡Excelente viernes para todoooooooooooos!!!

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