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Poco más de dos años son los que lleva Michoacán enfrentando una sequía constante que es cada vez más alarmante y cada vez más visible.
Las sequías son eventos extraordinarios de estrés hídrico, es decir de falta de agua fuera del limite de un ecosistema. Grandes eventos de sequía pueden traer como consecuencia la perdida de cultivos, muerte de fauna y flora y erosión en los suelos que a largo plazo pueden causar el quiebre del ecosistema.
«En el caso de Morelia tenemos (…) la presa de Cointzio que tiene muy bajos los niveles (…) tenemos el caso de la Mintsita que ha reducido la capacidad de aportar agua.» explico el Dr. Fermin Pascual Ramírez, especialista en conservación y uso sustentable de suelo y agua.
Pascual Ramírez detalla que la actual situación de sequía en la ciudad de Morelia se debe al uso desmedido del agua superficial de los cuerpos de agua que proveen al municipio, como la presa de Cointzio, por lo que se ha tenido que recurrir a fuentes de agua subterránea, impidiendo la recuperación de los niveles de agua.
En cuanto al panorama de Michoacán algunos de los municipios dónde el agua escasea más son los de Zamora, Pátzcuaro, y sin lugar a dudas, Morelia.
La crisis hídrica del estado de relaciona directamente al uso que se le da al agua, siendo Michoacán una entidad agricultora de gran importancia por sus cultivos de exportación, como el del aguacate, gran parte del agua se va en el riego que se le da a estos cultivos.
Aunque se trata de una problemática compleja el doctor Fermín Pascual Ramírez afirma que aún hay acciones que se pueden tomar. Desde lo colectivo exigiendo al gobierno la creación de una agenda ambiental que contemple el uso sustentable del agua, y desde lo individual reflexionando y cuidando en las acciones más pequeñas el agua que todavía tenemos.
