SOFTNEWS

Cucarachas c#giendo

Por Elly Castillo

Cucarachas c#giendo...
Cucarachas c#giendo…

En mis últimos 12 años de vida he visto muchas cosas impactantes. Y de las repugnantes hablaré el día de hoy.

No sólo en el periodismo, sino siendo rescatista voluntario, me ha tocado ver de tocho morocho: desde presenciar escenas carniceras hasta cuadros familiares desdibujados; carne, sangre, putrefacción, mutilación, olores fétidos, cualquier cosa, cualquier imagen digna de película de terror.

Pero de entre todas, hay una imagen que me pone los pelos de punta, me da rotundo asco, incluso me causa vómito instantáneo, repulsión.

No hay para mi escena más asquerosa, terrorífica y petrifica que ver dos cucarachas apareándose. Cogiéndose pues.

Hace poco lo presencié. Dos enormes ejemplares de esos que los chilangos conocemos como del tipo “acapulqueñas”: prietas, prietas, grandes y cafesotas, amenazando, con cualquier momento, volar.

Odio las cucarachas. Y como los de Whiskas, me atrevo a asegurar que uno de cada 10 humanos las odia. Imposible no hacerlo. Su aspecto todo, es asqueroso, su mismo color es a nuestros ojos, antihigiénico (a diferencia de las verdes cigarras). Su sola presencia ya es motivo de sospecha de puerquera.

Y cuando uno ve a dos cucarachas cogiendo, apareándose, reproduciéndose, no se puede menos que impactar, infartar, sabiendo que lo que están “haciendo” es procrear más y más cucarachas. Y este mundo, si algo no necesita, son más cucarachas.

Las cucarachas y los funcionarios públicos se parecen mucho. Por ejemplo, los Tránsito del municipio de Morelia buscan víctimas por las mañanas-tardes en el Centro Histórico; lo mismo hacen los polis estatales pasada la media noche, ocultándose en semáforos esperando que alguien se pase el rojo; y luego hablamos de los funcionarios que “mandan” tapar baches que se destapan a la primer lluvia.

Entonces, al igual que una pareja de cucarachas que se reproduce, usted no debe dejar que eso continué:

No ofrezca una mordida a un policía, deje que él se la pida, y si puede grabarlo con su teléfono a escondidas, hágalo.

La policía no quiere arrestarlo, prefiere llegar a un acuerdo con usted. Si es posible, extorsionarlo. Muy probablemente su falta sea menor a la mínima infracción de barandillas, pero ellos siempre querrán intimidarlo.

El policía al final de cuentas no tiene la culpa de estar hambreado, su jefe directo, tiene la respuesta.

Cosas que ahí están pero a nadie le interesan:  Changoonga.com es muy jota. Totalmente Gay.

Truchas: Y los primeros en irse del gabinete faustista:…

Twitter: @ellycastillo

Facebook.com/ColumnaChangoonga

Changoonga.com no necesariamente adopta como suyos los choros, chorizos, morongas  y chistorras publicados en ella y deja en sus respectivos padres (autores) la responsabilidad de todas las barrabasadas y debrayes que aquí plasman, producto de las ardillas hiperactivas que habitan en sus macetas. Si te gusta, ¡dale like y comparte!

Botón volver arriba