STAFF/ Margarita Arreola/@ArreolaMargui
Jesse Borrego, actor que interpretó el papel de Cruzito en la película Sangre por sangre, filmada en los Ángeles California en 1993, es uno de los chicanos más destacados de la industria cinematográfica en los Estados Unidos y México.
Se ha caracterizado por hacer papeles que hablan sobre la mezcla mexicoestadounidense en diferentes películas; en Michoacán en el marco del marco del Festival Cine sin Cines, conversamos con él a cerca de los migrantes y las políticas implementadas por el gobierno del presidente norteamericano Donald Trump.
«Ningún ser humano debe ser ilegal o indocumentado (…) la política debe ser derecha y buscar la igualdad como seres humanos», comentó el artista quien ve en la cultura y el arte la necesidad de concientizar a la gente que está en el poder que piensa en «fascismo» y en dividir la población.
«Por eso yo soy artista porque tengo mi voto como americano, pero como latino vale menos, pero como artista mi diálogo, mis ideas llegan hasta México aquí tenemos un espacio donde hablar y actuar», es decir que las ideas expuestas en la narrativa del cine permean en el pensamiento de la sociedad y se puede generar cambios a través del arte.
Señaló que en México aman su trabajo porque » represento lo bonito de la cultura chicana, su complejidad de mostrarnos como seres humanos no como extranjeros», por eso en sus películas y diálogos hace sentir al migrante, pocho o chicano en un ambiente como en casa, por lo que aseveró que la migración es un derecho humano donde las fronteras no existen.
Agregó que la situación de inseguridad que prevalece en el estado se debe a que “si está pasando es porque se deja pasar es lo que digo yo como artista, ¿quién va a decir ya basta?, ojalá que mi narrativa pueda ayudar a cambiar los pensamientos de los gobernantes ¡ya basta!».
Jesse, habló de su estadía en Michoacán y lo entusiasmado que está de conocer más comunidades de la entidad de la que ya se siente parte, donde la comida y la gente lo han llenado de satisfacción; por lo comentó que los migrantes que han tenido que abandonar su región sobre todo de la Tierra Caliente por pobreza o inseguridad deben de ser tratados con dignidad en cualquier parte del mundo y no ser tratado como un extraño, pues lo mínimo que merecen es ser tratados como humanos respetando sus garantías individuales.
