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¡Aquí estamos Lafayette! // By Camila Cienfuegos

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Por Camila Cienfuegos (La Soldadera)

Me queda claro que a todos impresiona un ataque terrorista a un país como Francia, igual que como sucedió tiempo atrás contra Estados Unidos, España e Inglaterra. Lo terroristas lo anuncian pero nadie sabe exactamente cuándo y dónde cometerán sus atrocidades.

También me queda claro que en naciones poco agraciadas por la paz, las muertes a granel dejan de ser noticia ante una especie de infame costumbrismo, y es precisamente en ese rango en el que nos encontramos los mexicles. Pareciera que si no son más de 10 muertos de un jalón, no vale la pena trascender la noticia más allá de las fronteras. Es eso lo que pregonan los críticos del sistema y de las banderitas francesas que muchos usuarios de las redes ponen en sus perfiles como muestra de solidaridad para los galos que, dicho sea de paso, fue de las primeras naciones en mostrar solidaridad ante las atrocidades en Iguala.

La mentirosa y borreguil costumbre de poner fotografías de cuerpos de pequeños niños muertos apilados uno al lado de otro como forma de justificar el ataque terrorista sobre Francia no se hicieron esperar, pero se les olvida que el problema sirio va más allá. A diferencia de Libia o Egipto durante la llamada “Primavera árabe”, Siria no alcanzó al menos una relativa paz puesto que su dictador (que algunos ignorantes llaman presidente), Bashar al-Assad, no cayó como el resto de sus cófrades de la región, lo cual hizo que la guerra civil se extendiera por al menos cinco años y que a la fecha, ha desolado ciudades, familias, cultura y ocasionado el desplazamiento de millones.

Para el contreras, el eje del mal se compone por Estados Unidos-Inglaterra-Francia e Israel; para el crítico del sistema, todos los males del mundo son responsabilidad de estas naciones. Ellos han creado las enfermedades como el Sida, el Ébola; son los creadores de Al Qaeda, Hamas, los Talibán y ahora hasta del terrorífico Estado Islámico. Su visión de la geopolítica es en extremo limitada hasta colocarlos al nivel de quienes piensan que el islam es promotora de la o sinónimo del terrorismo violencia (y eso que no han leído el Viejo Testamento).

Se les olvida que hay un enorme dilema entre atacar a los terroristas en Siria o derrocar al dictador (con 15 años en el poder). Si se ataca a los terroristas se estaría respaldando a Bashar Al-Assad (que usó armas químicas contra su pueblo), pero si se ataca a este déspota, se estaría justificando la presencia terrorista en suelo sirio. Se les olvida que en ese país de 20 millones de habitantes hay al menos seis facciones que se disputan el poder, entre ellos los rebeldes que iniciaron el movimiento armado contra el opresor.

Lo cierto es que cualquier cosa que les pase a estas naciones, tendrá repercusiones en la nuestra. México no está exento de ser atacado por fuerzas terroristas. Ya lo vivimos con criminales locales en Morelia en el 2008 ¿Qué tan difícil es ser lastimados por el Estado Islámico? ¿Qué necesitamos para convencernos de que con ellos no se puede (ni se debe) negociar? Entiendo que entre naciones puede haber diferencias en política, economía o derechos humanos, pero todos tenemos un enemigo en común: el terrorismo.

Es por ello que aunque no ponga mi banderita francesa en mi muro, sí puedo decir que me solidarizo con Francia, y no solo porque históricamente hemos tenido encuentros y desencuentros, sino porque el dolor en mi país me ha hecho comprender por lo que ahora pasan; porque entre sus muertos y heridos también hay mexicanos.

En algún lugar de la historia, el Marqués de Lafayette, al mando de seis mil hombres, acudió presto a auxiliar a Estados Unidos en su lucha por la independencia, y así, en 1944, el general Eisenhower, al llegar a Normandía con un millón de soldados retribuyó ese gesto con una frase: “¡Aquí estamos Lafayette!”

¡¡¡Excelente miércoles para todoooooooooooos!!!

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