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¿Adiós Plaza México? (#sialostorosDF)

Por La Eriz

Al igual que en España, en México las corridas de toros son una de las tradiciones más antiguas. Sin embargo, en los últimos años la Fiesta Brava ha enfrentado la creciente oposición de grupos en defensa de los animales que exigen su abolición debido a que lo consideran un espectáculo sangriento, hasta retrógrada.

Ahora, este movimiento en México avanza grandes pasos en su lucha. Hace algunos días la Comisión de Administración Pública Local de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), aprobó el dictamen que prohíbe las corridas de toros en la Ciudad de México. Este avanzó con tres votos a favor y dos abstenciones. La iniciativa deberá ser llevada al pleno de la Asamblea Legislativa en el actual periodo de sesiones, que concluye el próximo 30 de abril.

Aunque el documento argumenta que «Las corridas de toros son un acto indigno como seres pensantes, y no se debe permitir la crianza del toro de lidia y el sufrimiento al que es sometido”, me pregunto si esta no es una especie de decisión un tanto caprichosa para calmar las conciencias de unos cuantos. En el DF se toman medidas agresivas e inhumanas contra los perros callejeros, como las famosas albóndigas de veneno, pero nunca prestarnos a la muerte del “toritoooooooo” (a la Pedro Infante, con lágrima y moco).

Por si fuera poco, agregaron que dicha resolución se suma a la lucha para erradicar por completo algunas costumbres y tradiciones que dañaban a los seres vivos: “No tenemos por qué perpetuar esta clase de aniquilamiento”, declararon los muy cínicos. Muy bien, díganle eso a los jefes delegacionales de las colonias más pesadas donde a diario matan hombres y mujeres por unos pesos que seguritito no incluyen violencia.

Pienso que las corridas de toros, si bien no son de lo más adorable, forman parte de una cultura antiquísima con ritos, significado y valores. No es simplemente “el asesinato despiadado de un pobre animal” (como muchas veces lo describen), son tanto arte como deporte en sus sentidos estrictos. Como tal, deben festejarse en ocasiones especiales (quizá no cada semana) así como tener un recinto sagrado para practicarlo. Nada mejor como La México que además es otro de los monumentos históricos de nuestro país.

Para proteger a los animales hace falta una auténtica ley donde se promueva el cuidado y la conciencia en el trato con estos seres. Evitar la Fiesta Brava no es la solución, mucho menos si, en lo privado, seguiremos tolerando la violencia hacia ellos.

Twitter: @LaEriz

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