Activismo vs homofobia
Por Rafael Escutia- Garmendia
Pasó el Día Internacional contra la homofobia y no hubo nada que celebrar.
En México 85% de las personas homosexuales no aceptan su orientación sexual públicamente por miedo a ser discriminados según la encuesta más reciente de bullying homofóbico realizada por la ONU.
162 denuncias por homicidio registradas en 2011, afirma Rocío Verdugo subdirectora del programa de VIH de la CNDH.
2o lugar en América Latina, seguido de Brasil en crímenes de odio por homofobia.
Michoacán 2o lugar nacional también en crímenes de odio
Así pues, el día de hoy decenas de «activistas», “periodistas”, polític@s «en pro de la inclusión» y algunos comunicadores, se desgarran las vestiduras en dar declaraciones, escribir columnas, asistir a programas de radio y «promover la inclusión y respeto a las personas desde una perspectiva de diversidad sexual».
Sin embargo, much@s de es@s «activistas» carentes de valores hacen de una legítima exigencia de inclusión social… Un desfile, un chiste, una vulgaridad; una máscara política.
Comunicólogos -y opinadores homosexuales- hablan, escriben en tono de exhorto al respeto y la inclusión y… En la intimidad de sus vidas, se sobajan, se enredan y se inmiscuyen en relaciones homoeróticas por intereses políticos o económicos; son incongruentes y deshonestos.
Políticos hablan y hablan de «la importancia de la inclusión de las personas sin importar su orientación sexual» pero en concreto frenan, entretejen y entorpecen los avances para el diseño de leyes y políticas públicas que de manera auténtica reconozcan, promuevan y respeten los Derechos Sexuales a partir de una perspectiva de Derechos Humanos y Derechos Económicos de las personas cuya orientación sexual es homosexual.
Además, much@s políticos tienen una doble vida. Incluyen en sus “filas y proyectos” a “activistas” como aparente muestra de inclusión de las agendas en Derechos Sexuales y Reproductivos, cuando en el fondo, sólo quieren ocultar su homosexualidad y ganar votos.
Bajo esa perspectiva resulta penoso que haya quien se atreva a asegurar “que existen avances”. Si bien es cierto, la unión entre personas del mismo sexo así como la prestación de seguridad social han sido apenas dos pasos de muchos que aún faltan, lo cierto es que el respeto a las personas por su orientación sexual en Mx sigue condicionada a la “voluntad” política, a que “se den las condiciones” para generar leyes y programas que desde una perspectiva educativa promueva el respeto a las personas por su condición de persona y no por sus afinidades físico-afectivas.
En adición, la defensa de los temas y agendas de los grupos LGBTTTI está ávida de liderazgos éticos, visionarios y con capacidad de influencia y no sólo de vistosidad folklórica. El “activismo gay” debe empezar a replantearse la urgencia de tener menos fiesta y más propuestas. De seguir con líderes incongruentes, faltos de ética e inmersos en auténticos bacanales les llevará a un estancamiento en el avance de sus legítimos derechos.
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