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Tras mes y medio de exilio el sacerdote Alejandro Solalinde, regresó a México a pesar de las amenazas de muerte.
A su regreso a Oaxaca para continuar su trabajo frente albergue para migrantes, Hermanos en el Camino, la Procuraduría General de la República (PGR) ha designado a cuatro agentes para que garanticen su seguridad.
Tanto Amnistía Internacional (AI) como su congregación pidieron al padre salir del país al recibir insistentes amenazas de muerte por su labor en defensa de los indocumentados.
Este tiempo fuera de México estuvo en Estados Unidos y Europa para compartir experiencias sobre la problemática que enfrentan los indocumentados centroamericanos a su paso por México para alcanzar la frontera norte, y en la que también escuchó los problemas que los migrantes del norte de África y de Asia sufren en otros países europeos, como España, Italia, o Alemania.
Con información de El Financiero.
