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Ratas de dos patas

Ratas de dos patas.

Por Ann

Paquita tiene razón, me cae.  Estos especímenes abundan, por desgracia son una plaga que lejos de extinguirse, se propaga de forma  alarmante. No sólo son los hombres ingratos. Me refiero a aquellos que causan dolor al prójimo,  que perpetran daño con el fin de sacar algún beneficio o por el simple gusto y placer de hacerlo.

Muchas personas son víctimas de vejaciones impensables y una de ellas es la  forma de esclavitud moderna, es aberrante y por desgracia creciente: la trata de personas  para los propósitos de explotación sexual comercial, tráfico de órganos y de trabajo forzado.

Muchas veces la gente piensa que estas son cosas que, como suenan tan violentas y hasta exageradas, no suceden o al menos no en su entorno.  Sin embargo, solamente en México son alrededor de 200 mil personas  que son víctimas (más los que quedan fuera de las estadísticas), principalmente explotación  sexual; aproximadamente 20 mil son menores de 15 años. Los grupos considerados más vulnerables para la trata de personas en nuestro país incluyen a mujeres y  niños,  personas indígenas, y migrantes indocumentados.

Adivinen qué lugar ocupa México en esta práctica… ¿No? Ay mis querid@s changoonguer@s, hasta pesar me da proporcionarles el dato. México ocupa el primer lugar a nivel mundial según el presidente de la Comisión de Derechos Humanos en México, Manuel Cadena.

Apenas el día 27 de abril y rayando el sol (antes de que concluyera el periodo ordinario de sesiones), se aprobó  La Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos impone penas de prisión entre 15 y 30 años para el delito de esclavitud, pornografía infantil y la explotación sexual de mujeres y niños.

Esta iniciativa llevaba desde 2007 en el sartén en la Cámara de Diputados, finalmente y por unanimidad fue aprobada. La verdad es que se tardaron. Mucho pasó desde que se puso la discusión sobre la mesa y no fue hasta que se dio el tan desafortunado primer lugar cuando las cifras alcanzaron niveles impensables que se concretó dicha ley.

A veces me pregunto si tanta es la indiferencia que existe hacia nuestros semejantes y que si los intereses monetarios están por encima de la integridad y el respeto hacia los demás. Me duele pensarlo porque conozco la respuesta.  Por otro lado, considero que es posible hacer la diferencia. 

 Les comparto un link en el que podrán encontrar más información al respecto: http://www.tratadepersonas.com.mx/index.html

Creo que lejos de asustarnos, taparnos los ojos o de plano hacer como que no existe o no pasa nada, es mejor estar al tanto porque , quién sabe,  tal vez y hasta logran salvar una vida.

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