STAFF/ César Hernández -@CesarHdzNoti
¿Está en riesgo su vida presidente?, preguntó una compañera periodista al edil de Churumuco, Guillermo Torres Rojas, el 18 de enero de este año, cuando el estado y la federación tomaron el control de la seguridad tras los últimos actos violentos en su demarcación.
“Yo les digo una cosa, y se los comento con rectitud: he dado un paso decidido, y me voy a mantener firme, creo que está por medio primero mi municipio, el bienestar de mi gente, más allá de las condiciones en las que uno se pudiera encontrar y estar en riesgo, la vida, uno como ser humano, está un compromiso”, expresó en aquel momento.
En esos días, cientos de elementos estatales y federales resguardaban el palacio municipal, y circulaban mensajes en redes sociales advirtiendo a la población que no aceptaran las despensas del gobierno, o de lo contrario serían considerados traidores.
El edil michoacano precisó que no tenía amenazas directas a su personas, únicamente algunos señalamientos anónimos que llegabas a los pobladores a través de WhatsApp, e insistía en que su trabajo era para sacar adelante a su pueblo.
“Está mi municipio por delante hasta de mí mismo, y estoy en esa idea, yo no voy a parar de trabajar y estoy en esa idea, no voy a parar de trabajar y ni voy a desistir aunque haya amenazas, ni aunque haya intimidaciones, yo voy a ir hacia adelante”, recalcó.
Torres Rojas fue asesinado el pasado Sábado de Gloria, mientras comía tacos en la ciudad de Morelia, en ese momento en compañía de su hijo de 13 años, quien resultó herido en este atentado.
Fue este 30 de marzo cuando criminales acabaron con su vida, a 229 kilómetros lejos de su pueblo natal, un hecho que ha consternado a la sociedad y que los políticos exigen el esclarecimiento.