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Al termino de la misa dominical del medio día, el arzobispo Faustino Armendáriz Jiménez sufrió un atentado de homicidio ejecutado por un señor de la tercera edad, quien ingresó a la sacristía de la Catedral de Durango, para después acuchillar a monseñor, quien afortunadamente resultó ileso, pues el arma punzocortante sólo logró romper su ropa.
«sentí que me forcejearon pensando que era una broma, pero al preguntarme si yo era el Arzobispo y contestarle a la orden señor, de inmediato me lanzó el cuchillazo que ingreso por mi lado izquierdo rompiéndome únicamente la ropa», dijo.
Tras frustrar el atentado, el atacante de 80 años, fue detenido por un sacerdote y el sacristán que ahí se encontraban, mismos que después lo pusieron a disposición de la policía municipal. Ante esto, Armendáriz Jiménez confesó que mientras ya estaba en resguardo, le pidió a Dios que bendijera a su agresor.
La Violencia, es fruto de lo que se vive en todo el país en donde proliferan las drogas. «Tenemos un tejido social lastimado y con falta de valores morales», reflexionó el arzobispo,
Ya en un acercamiento con medios locales, el pastor de los católicos dijo desconocer el móvil del atentando en su contra, pero ofreció un dato importante a la prensa. Recordando su devenir en el orden eclesiástico, el cura mencionó que cuando estaba en la Diócesis de Tamaulipas, recibió amenazas vía telefónica por defender a los migrantes, y ahora en Durango, «es la primera ocasión que soy sujeto de una agresión».
Seguro de sus palabras, descartó que el crimen organizado estuviera involucrado en el hecho y sin miedo adelantó que continuará ofreciendo misas a sus feligreses en el mismo horario.
Por su parte, el vocero de la Arquidiócesis de Durango, informó que ya se levantó la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General del Estado por tentativa de homicidio.
