STAFF/ César Hernández -@CesarHdzNoti / Felipe Trujillo – @_FelipeTrujillo / Alejandra Macedo -@AleMacedo0
Una cancha de futbol de pura tierra, rodeada de una malla incompleta, una fachada rayoneada, así se ve un espacio de esparcimiento que se supone debería ser infantil, ubicado en la colonia Primo Tapia Poniente de la capital michoacana.
Dentro de esta pequeña unidad deportiva se encuentra un lugar con juegos infantiles, pero en su mayoría se encuentran inservibles.
Ese triste paraje no es muy distinto al que se halla sobre la avenida Pedregal, justo a una cuadra antes de llegar al libramiento, mismo que te recibe con un letrero con el título de «Área Infantil» y un mensaje más pequeño escrito con marcador justo a un ladito que dice: «porno».
En el marco de este 30 de abril, Día del Niño y la Niña, el equipo de Changoonga.com dio un recorrido por la zona norponiente de la ciudad para checar las condiciones de las áreas «infantiles» que existen en las áreas comunes, y que en teoría, debería ser un espacio de recreación y desarrollo de los pequeños habitantes de cada colonia.
Y no fue difícil encontrar que, dichas zonas son todo menos «infantiles» y para nada se muestran seguras para que niñas y niños las usen. Desvencijadas, sin mantenimiento, oxidadas, inservibles, así lucen muchos de los juegos.
Jugar entre fierros oxidados y vidrios
Y a pesar de las pésimas condiciones, muchos niños de la zona se dan cita en este lugar, algunos acompañados por sus mamás.
En el caso de los juegos de la Primo Tapia Poniente, los infantes tratan de usar los columpios, pero únicamente uno está más o menos completo, otro tiene las cadenas colgando y le faltan los asientos, mientras en un rincón se encuentran unas estructuras metálicas que desenterraron para dejarlas en el olvido.
El sitio que pareciera que en algún momento era amigable para la niñez, en este momento puede implicar un grave peligro para los pequeños, ya que están expuestos a vidrios y objetos filosos.
Uno de los sube y baja se encuentra partido a la mitad, pero es un peligro para cualquiera ya que tiene bordes afilados.
Aún con esta problemática, este lugar diariamente es visitado por niñas y niños que buscar un momento de esparcimiento, pero esto nada más lo pueden hacer con la luz del día, ya que las luminarias no funcionan y al meterse el sol es presa de la penumbra.
Al preguntarle a unas señoras de cuándo fue la última vez que se le dio mantenimiento, coincidieron en que desde su creación no se le ha dado ni una manita de gato.
Este lugar es uno de los más abandonados y en peores condiciones de los pocos que hay en la zona, por lo que esperan se pueda rehabilitar.
Resbaladillas rotas, alambres salidos
Otro de los espacios que visitamos al norponiente de la ciudad fue el que se encuentra sobre la avenida Pedregal, justo a una cuadra antes de llegar al libramiento, mismo que te recibe con un letrero con el título de «Área Infantil» y un mensaje más pequeño escrito con marcador justo a un ladito que dice: «porno».
De lejos no se veía tan mal, sin embargo, conforme te vas acercando comienzas a darte cuenta de lo deteriorado del lugar, pues aunque en general se aprecia limpio, los juegos que ahí se instalaron para los niños morelianos se encuentran en pésimas condiciones.
Resbaladillas rotas, mini toboganes rayados por todas partes, alambres y fierros salidos, son lo que este espacio ofrece para los peques de la zona; lo único que «se salva» es que los botes de basura, a pesar de estar todos golpeados, tenían bolsas negras que parecían haber sido cambiadas recientemente.
Alrededor únicamente se veían algunos adultos que echaban plática mientras uno de ellos se recostaba en las mesas de cemento del lugar y una señora no nos perdía la pista mientras recorríamos y fotografiábamos el lugar.
Cerca del Centro también hay abandono
Otro de los parques infantiles abandonados que podemos encontrar en el límite del norponiente de la ciudad, recibe el nombre de «Parque 150» ubicado justo en contra esquina de La Harinera.
Dentro del parque, se observan varias botellas de plástico, con líquidos de dudosa procedencia, además de que únicamente cuentan con una resbaladilla y un pasamanos para el entretenimiento de los pequeños, mismos que se encuentran despintados, y con algunas abolladuras.
Frente al pasamanos rojo, se encuentran dos restos, de lo que parecía ser otro juego, y pintado en color gris, solo podemos un tubo salir de la tierra, mientras que en su misma alineación, quedan vestigios de otro tubo del mismo color, que al parecer, fue dañado intencionalmente.
Al momento, el parque se encuentra abandonado, con pedazos de lo que se suponía, eran juegos para la diversión de los niños, además de verse sucio, y hasta con algunas prendas de ropa viejas e insalubres, así como encontrarse rodeado de grafittis, y dejar percibir un ambiente en el que las personas no se sientan con la seguridad de asistir al parque.
Así pues, son múltiples las deficiencias en torno a este mobiliario urbano de la capital michoacana cuya función más que un beneficio, ya representa un riesgo para las y los niños que deberían sacarle provecho a estos juegos para desarrollarse en un ambiente de activación física y motriz, y no terminar siendo un refugio de malvivientes.
