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¡YOMMY! Para Cerrar Este 2 Febrero Chécate El Cortometraje Que Hicieron De “El Tamalero De Morelia”

STAFF/@michangoonga 

¿Unos tamalitos rellenos de…? Aprovechando que es el Día de la Candelaria, es momento de retomar aquel acontecimiento que acaparó las portadas de periódicos no sólo locales sino nacionales aquel 22 de abril del 2004 cuando Carlos Constantino Machuca, vendedor de tamales a las afueras del Hospital Civil, fue detenido tras encontrarse el cuerpo de un “amigo”al interior de su vivienda…siendo cocinado en 5 ollas!

Cuentan las crónicas de aquellos días que, agentes policiales encontraron la carne humana en plena cocción en una casa rentada por el vendedor ambulante, ello tras un reporte al 911 por parte de una llamada anónima.

Todo quedó al descubierto cuando agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Michoacán (PGJE) entraron al domicilio del tamalero tras investigar la desaparición de una persona. 

Ya al interior de la vivienda los ministeriales vieron el cuerpo destazado de un hombre y varios instrumentos para la preparación de los tamales muy cerca del cuerpo, por lo que concluyeron que la carne de los tamales que preparaba provenía de su víctima.

Cuando Carlos fue detenido afirmó que descuartizó a un compañero de parranda después de una pelea y que cocinó su carne para «dársela a las ratas» al tiempo que la policía encontró 200 tamales listos para la venta en la casa, de inmediato estos fueron sometidos a pruebas de laboratorio para determinar qué clase de carne se utilizó en su elaboración.

«El tamalero», de 56 años, confesó que no alcanzó a cocer todo el cuerpo de la víctima porque le faltaron ollas sin embargo negó enfáticamente tener intenciones de rellenar los tamales con carne humana .

«Lo maté porque siempre me había molestado. Decía que él era más fuerte que yo y ayer discutimos bajo el influjo del alcohol. Incluso me pegó unas cachetadas y eso me hizo perder la cabeza, por eso agarré un cuchillo y le propiné cuatro heridas de muerte», confesó en su momento el inculpado.

Deshacerse del cuerpo ..cociéndolo!

Tras matar al hombre, Carlos no supo qué hacer con el cuerpo, por lo que decidió cocinarlo para posteriormente darselo a las ratas: “A los perros también les di unos huesos, pero no les gustaron» dijo.

La víctima fue identificada como José Rigoberto Zavala, vendedor callejero de mandiles, y quien se había  reunido ese día cerca de las dos de la tarde para platicar con Carlos, pero como el primero estaba crudo su compañero le invitó unos tragos de jerez para curarse la borrachera.

Según la confesión,  los dos compas estuvieron tomando en la vía pública como hasta las cinco de la tarde, cuando el presunto homicida invitó a su víctima a seguir bebiendo en su domicilio particular, ubicado en la calle Fernández de Córdova número 122, para lo cual compraron una botella de brandy Presidente de un litro y refrescos.

Todo por presumirle su fortaleza

Cerca de las ocho de la noche, José Rigoberto se quedó dormido en el sofá de ese cuarto de vecindad que Carlos Constantino habitaba junto con su esposa, uno de sus hijos y su nuera, ninguno de los cuales se encontraba a esa hora en el inmueble. «El acusado dice que al ver dormido a su amigo tomó un cuchillo y se lo enterró en el corazón, debido a que toda la tarde lo estuvo molestando, presumiendo que era más fuerte que él, e incluso le dio seis cachetadas», comentó la fiscal Torres Jiménez.

Fue un par de horas más tarde, cuando llegaron a la vivienda los familiares del tamalero, quienes al observar el cadáver le reclamaron su acción y lo abandonaron, sin que hasta el momento se conozca su paradero ni las autoridades hayan revelado sus identidades, puesto que podrían tener alguna responsabilidad por no denunciar los hechos.

Al respecto en el 2019 un grupo de jóvenes realizaron un corto de dicha historia macabrona mismo que fue grabado en las instalaciones de la Casa del Terror de los recorridos de leyendas producidos por Alan Delgado, en un ejercicio de actuación y edición para presentar a la gente la historia ahora leyenda urbana de «El Tamalero de Morelia».

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