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«Quedó más que explicado y demostrado la crueldad con la que este tipo acabó con la vida de Jessi», fue lo que la señora Verónica Villaseñor Ferreyra, madre de la joven Jessica González Villaseñor, expresó entre lágrimas y con la voz entrecortada, luego del escuchar al juez, fallar en contra de Diego Urik.
«Yo creo que ahí quedó más que explicado y ya demostrada la crueldad con la que este tipo acabó con la vida de Jessi, esto no termina hoy, pero si cambia todo, y ese maldito es el asesino de mi hija y ustedes ya lo vieron», mencionó la mujer.
La señora Verónica también reconoció que ni la pena máxima de 50 años en prisión, sería suficiente para pagar los 31 golpes, el traumatismo craneoencefálico, las cientos de abrasiones que tenía por toda la piel, y la violencia sexual a la que su hija fue sometida antes de su muerte.
«La pena máxima ni siquiera sería suficiente, a la crueldad con la que la trató, pero es lo mínimo que vamos a obtener de esto, esto era lo único que me limitaba para decirle «asesino» en todo este tiempo» comentó la madre, mientras era abrazada por su esposo e hijo.
Al salir del centro de reinserción social para menores, la madre, en compañía de su esposo y dos hijos, se abrazaron cálidamente, y entre lágrimas escucharon los gritos de las jóvenes feministas, quienes gritaban «Ya cayó, ya cayó, pinche Diego ya cayó».
Recordar, que ahora continúa la parte de individualización de la sentencia, dónde se ofrecerán otras tres audiencias y nuevas pruebas, para poder obtener una sentencia condenatoria en contra de Diego Urik, quién puede alcanzar hasta 50 años de prisión.
