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«Solo puedo imaginar el dolor por el que ustedes deben estar pasando», fue con lo que el presunto feminicida, Diego Urik «N» inició su testimonio la mañana de este miércoles, en la sala 3 de oralidad dentro del Tutelar de menores, en la ciudad de Morelia.
Al estrado, subió Urik «N» portando un cubrebocas en color blanco, combinado con un saco en camel, y el casquete corto, pero sobre todo, con muchas ganas de «decir la verdad» y objetar su presunta inocencia.
«Yo no asesiné a su hija, y el verdadero asesino sigue libre, yo solo soy una víctima», dijo el joven, mientras a menos de dos metros, tenía de frente a Verónica Villaseñor, madre de la joven maestra.
Urik, prosiguió su relato, contando y enalteciendo la memoria Jessica, recordando haberla conocido cuando él tenía apenas 15 años, y la recordaba como una mujer linda, bien dirigida, y trabajadora.
«Yo conocí a Jessica cuando tenía 15 años, siempre fue una mujer linda, bien dirigida y trabajadora (…) Desde que la conocí, Jessica me dijo que físicamente le parecía atractivo», refirió el joven.
Tras esto, comenzó a relatar que su infierno inició desde el pasado 22 de septiembre del 2020, luego de que comenzó a ser hostigado, amenazado y amedrentado en redes sociales, junto a toda su familia, tras la desaparición de quien en ese momento, se creía seguía con vida: Jessica González Villaseñor.
«Mi infierno comenzó el 22 de septiembre, cuando recibo la llamada de una familiar de Jessica y me pide que vaya a declarar», relataba Urik, mientras se apretaba el entrecejo con la mano derecha.
Diego «N» comentó además, que el pasado 21 de septiembre jamás vio a Jessica, confesando que la última vez que habían tenido contacto, había sido el pasado julio del 2020, objetando que el día que la maestra desapareció, él había tenido un encuentro sexual con otra mujer, de quién no podía revelar características, pues era casada y él todo un caballero.
En breve, más información.
