STAFF// Ann Zúñiga — @AnnZiga1
Normalistas, comuneros e integrantes de la CNTE Poder de base, unificaron su protesta en contra del gobierno bedollista, al que acusan de opresor.
La concentración comenzó esta tarde, en el obelisco a Lázaro Cárdenas, donde los diferentes contingentes iniciaron la marcha rumbo a palacio de gobierno y con cartulinas señalaban al gobierno actual.
“No hay momento en el que no se diga desde el gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla que los que protestamos somos delincuentes, que los que ejercemos el derecho humano y constitucional a la manifestación estamos afectando lo que es el orden y la paz social” – Jesús Camargo, FNLS
Declarando que desde la investidura del gobierno Estatal, criminaliza a los que luchan por sus derechos, y que existe la persecución política en contra de maestros integrantes de la sección XVIII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
“Este gobierno que se dice de ser de cuarta transformación, pero, resultó ser un gobierno de cuarta que simplemente sabe reprimir y encarcelar a las personas que exigen sus derechos” – Cecilia Santiago Lorenzo, normalista y ex-presa política.
Entre sus declaraciones destacó el nombre del fiscal general del estado, Adrián López Solís, denunciando los tratos inhumanos en las detenciones realizadas en las manifestaciones de Arantepacua, las normales del estado y las tomas de las vías férreas.
“Todo el trabajo que está haciendo Adrián López Solís, quiere decir que van a aplicar la misma actitud represiva en contra del movimiento magisterial, en contra de comunidades indígenas, en contra de organizaciones populares y en contra de egresados normalistas … cómo expreso político quiero seguir denunciando que en México y en Michoacán las cárceles están para inhibir la combatividad” declaró el ex-preso político.
Los inconformes, hicieron un llamado a las autoridades estatales, para que atiendan las peticiones de los diferentes movimientos. Con esto, finalizaron advirtiendo que la actual administración tiene tintes muy similares al gobierno de Silvano Aureoles Conejo, el cual comentaron que a través de los cuerpos represivos callaron las organizaciones sociales.
