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Edith González #Ponelpecho Para Detectar Cáncer De Mama

STAFF/@michangoonga

La actriz, quien es embajadora de la campaña #PonElPecho, de Salud Digna, habla de la importancia de hacerse la mastrografía, de su experiencia con el padecimiento y de que su padre fue el mejor maestro para superar el mal.

La presencia de Edith González en la Fundación de Cáncer de Mama (Fucam) acapara la atención de las pacientes, de sus familiares e incluso del personal que labora en la institución, doctores, enfermeras, secretarias y las personas del aseo no pueden evitar voltear a verla.

Ella sonríe a algunos rostros que encuentra a su paso en dirección al auditorio, donde será nombrada embajadora de la campaña #PonElPecho, que la institución Salud Digna realiza para convocar a las mujeres a que se realicen la mastografía, ese estudio con el que se puede prevenir tanto dolor si se diagnostica cáncer de mama en etapa temprana.

Una vez que ha compartido con poco más de 100 personas (representantes de la prensa, de diversas instituciones que atienden el padecimiento y grupos de mujeres que lo han padecido) su propia vivencia con el cáncer por partida doble, pues su padre lo padeció (en la próstata), y ha explicado por qué atendió a la invitación para unirse a la campaña de Salud Digna y así motivar e insistir con las mujeres en la importancia del estudio; la actriz sale del foro y antes de partir se da tiempo para compartir su relación con el mal.

El cáncer no es una condena de muerte. En el cáncer de mi padre (en la próstata), que era tan agresivo no fue una condena de muerte de tres meses, porque duró dos años y medio; su voluntad, su entrega, su amor, su disciplina lo hicieron salir adelante. Eso me da todas las armas y la motivación para pensar: ‘Sí él puede, yo puedo’. Y decirles a las personas que lean esta entrevista, hombres, mujeres y niños: ‘Si yo puedo, tú puedes’, porque el poder está dentro de ti.

El simple hecho de recibir el diagnóstico positivo es muy fuerte, ¿no? Cuando me dijeron: ‘Tiene cáncer’. Dije: ‘oqueyyy¡ ¿y qué vamos a hacer?’. Incluso pensaban que estaba en etapa de negación. Pero no, porque siempre que entraba a un consultorio me decían: ‘¿Tiene antecedentes cancerígenos?’. Y, pues sí, sí tengo, o sea de alguna forma era algo que había estado siempre.

Siempre (el cáncer) está en nuestras vidas. En mi caso era clarísimo. Mi papá tenía cáncer, murió de cáncer. “Entonces yo dije: Si mi papá puede, yo puedo. Por eso mi campaña personal es ‘Si yo puedo, tú puedes’. Yo vi vivir a mi padre, lo vi luchar. Y no no voy a dejar que el mal se alimente de mi miedo. Por eso lo asumo con alegría y hago lo que tengo que hacer, chequeos médicos, cada mes toca chequeo médico y sí es de la trompada, pero lo hago porque así tiene que ser.

Nada más porque los González no lloramos, pero sí le tenemos miedo a las agujas (risas). “Pero la idea es asumirlo con alegría; y por supuesto no voy a dejar a nadie que me vea llorar, aunque por supuesto que he llorado, pero aquí estoy con amor, abrazando mi vida y amándome profundamente, eso es lo más importante, y sin miedo.

 

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