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La República…Recuperar Michoacán

Michoacán no crece en congruencia con su potencial económico, los empleos son precarios, las inversiones no llegan, y su infraestructura está cada vez más deteriorada.

By: Manuel Ochoa

Estamos atravesando un momento crítico para nuestra entidad, los grupos fácticos que han ganado poder al margen institucional, como lo son la CNTE en sus diferentes versiones, los normalistas, y el crimen organizado; mediante su presión constante están poniendo a prueba las capacidades de reacción del Estado, utilizando la violencia para sus fines más profundos.

En los últimos 20 años, desde el poder público se dejó crecer a estos grupos otorgándoles el control que ejercían las instituciones del Estado, a la CNTE se le otorgó la rectoría de la educación pública, a los normalistas se les dió libertades por encima de la ley, y al crimen organizado se les dió el control geográfico, territorial, y de la seguridad pública en múltiples municipios. La captura del Estado ha sido profunda y multidimensional.

Una herencia maldita generada en total impunidad es como podríamos denominar a este efecto que provocó el constante fortalecimiento de los grupos fácticos de poder a la par del debilitamiento de las instituciones de Estado, hoy sumidas en una crisis económica estructural de la cual no se ha encontrado salida.

Michoacán no crece en congruencia con su potencial económico, los empleos son precarios, las inversiones no llegan, y su infraestructura está cada vez más deteriorada.

Es una realidad es que no existen políticas ni acciones que puedan contrarrestar lo anterior sin antes haber puesto orden, este orden significa fortalecer las capacidades institucionales de gobernanza y ejercer un control legal sobre estos grupos que ponen en jaque constantemente al gobierno, y en consecuencia a todos los ciudadanos michoacanos.

¿Qué nos depara como futuro a un estado sumido en una crisis constante de gobernanza, impunidad, y violencia? ¿Cuál es el futuro de las generaciones más jóvenes cuya educación se encuentra secuestrada por el interés político y de poder de los líderes sindicales? El futuro de Michoacán depende de un cambio de rumbo radical, alejado de las inercias a las que estamos acostumbrados política y socialmente.

Ha llegado el momento de romper con la cotidianidad y costumbres políticas que nos han llevado a la grave situación en la que estamos. El constante miedo de los liderazgos públicos a los costos políticos por una posible “represión” paralizan a tal nivel a las instituciones que no se cumple con los mandatos que involucra hacer cumplir la Ley. Esto es lo que los ciudadanos michoacanos desean, no represión, cumplimiento de la Ley. Y es que no puede haber inversión, empleo, crecimiento, y desarrollo en una entidad donde no existe el mínimo respeto por su marco jurídico y legal.

Es ahora la oportunidad justa para revertir años de impunidad y captura de las instituciones del Estado, si seguimos con la misma inercia administrativa, nos augura un futuro aún más sombrío para Michoacán, algo que no podemos permitir.

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