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¿Por qué los normalistas chingan a la gente y no a las autoridades que los chingan?

México tiene el peor desempeño en el aprendizaje de ciencias, lectura y matemáticas; y aunque mucho se ha hablado de que la 4T ha invertido lana como nunca para mejorar los edificios de sus escuelas, ya quedó claro que no hay dinero que alcance para mantener contento al magisterio, o debo decir: para mejorar la calidad de la educación.

By: Edi La Editorial

Según datos de “mexicanos primero”, de las 440 escuelas normales del país, sólo 17 cumplen con los estándares para formar buenos maestros, y en la gran mayoría existe más activismo político que profesionalización, capacitación o clases, pero están exigiendo una estabilidad laboral que ya no se les puede conceder, y claro que parte de la responsabilidad es de la CNTE, el ala disidente del sindicato de maestros que se obstina en hacer su voluntad aunque represente ir en contra de los intereses que anteriormente defendían, porque el bloqueo nada tiene qué ver con la educación, tiene que ver con los privilegios que la llamada izquierda debería combatir no promover, ¿entonces? ¿No que eran aliados de la 4T?

QUIEREN QUE LES PAGUEN, ¡VA! LES CREEMOS

Reconocemos el derecho a cobrar un salario, pero el que cobra por algo que no está haciendo está robando, sépanlo. Y eso va para quien le quede el saco, ya sean funcionarios que se niegan a negociar la salida de algunos de sus protegidos o sindicatos y grupos magisteriales que no han regresado a las aulas y que, en la vía de los hechos, no hicieron nada por mantener las escuelas funcionando durante la pandemia.

Hoy se cumplirán 72 dos horas de bloqueos en la ciudad de la eterna protesta, bloqueos que se han vuelto parte del paisaje porque no hay autoridad que tome la responsabilidad de hacer valer el estado de derecho de la mayoría, porque su cierre de vialidad no sólo representa pérdidas económicas millonarias para las pequeñas y medianas empresas, para los transportistas; es dinero y confianza perdidos por la incapacidad de hacer valer los derechos del ciudadano trabajador, el de a pie.

Este bloqueo significa violar de manera sistemática los derechos constituciones de libre tránsito de aquellas personas trabajadoras que no han podido, desde el miércoles, llegar a su labor y para muchas de ellas puede significar el despido porque hoy tampoco liberarán las calles.

Si bien es cierto que sus movilizaciones se escudan en la justicia social, -esa que tiene una deuda con todas las personas trabajadoras-, no sacan de ningún apuro al obrero, ese que no alcanzó a llegar a su chamba para después de horas de trabajo, poder llevar algo de comer a su familia; ese mismo que no sabe de protestas o de libre expresión de la inconformidad, tiene varios hijos que no comieron ayer y no comerán hoy porque los normalistas exigen estabilidad laboral, esa que no tiene nadie.

LOS NORMALISTAS QUIEREN ESTABILIDAD LABORAL, PERO ¿QUIÉN LA TIENE EN ESTE PAÍS?

El ciudadano que hoy se enojó en las calles y que mentó madres sólo sabe que necesita ese trabajo para salir adelante de los gastos del día y le vale un cacahuate los privilegios de un sindicato que ha perdido la brújula.

Esa gente fue la más afectada en este bloqueo porque ningún funcionario de la cuarta transformación dejó de llegar a su destino, seguramente pudieron atender sus pendientes desde su iphone en zoom y whatsapp. No se asolearon siquiera tratando de resolver esa inconformidad que la ciudadanía ya siente injustificada.

El problema más profundo de cualquier nación es el educativo y resolverlo es lo único que podría darnos esperanza. No depreciamos la causa en sí misma, la educación requiere mayor inversión, infraestructura, capacitación, profesionalización, organización, pero mientras la educación esté manejada por grupos con intereses mezquinos, seguirán, como dice la frase, «chingando a la gente que le chinga y no al que se los chinga».

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